Puede que como a mí, su nombre te suene pero no termines de ubicarla y es que Brigitte Nielsen es una de esas "mocatrices", el mejor concepto de la historia (modelo, cantante y actriz), de los años 80 que parecen haber vivido más vidas de las que caben en sus años y que ahora solo se dedican a eso precisamente, a seguir existiendo de la mejor forma posible. Suena hasta aspiracional, pero da un poco de miedo.
Los comienzos de Brigitte Nielsen
La que posteriormente sería una artista siempre tuvo algo especial: un físico portentoso comenzando por su 1,85 metros de altura. "Cuando tenía 11 años era más alta que mis maestros, tenía muchos bullies en la escuela. Nunca quise ser modelo, pero fue algo que me llegó", recogen en Europa FM.
En 1979, con apenas 19 años, la danesa decidió trasladarse a París, donde de forma evidente llamó la atención de fotógrafos de moda y así comenzó su carrera como maniquí. Algunos de sus trabajos fueron para firmas tan importantes como Versace, Armani o Gianfranco Ferré. Además, llegó a posar para la portada de Playboy fotografiada nada más y nada menos que por Helmut Newton.
Brigitte Nielsen y Arnold Schwarzenegger, un romance entre escena y escena
Cuando ya era bastante conocida, el productor Dino de Laurentiis la contactó para protagonizar la película El guerrero rojo junto al ya famosísimo Arnold Schwarzenegger. Y sí, efectivamente como deja a entender su título, el largometraje se estampó en taquilla, pero propició una aventura de dos semanas, lo que duró el rodaje de la cinta, entre Nielsen y Schwarzenegger. Ambos han comentado que tenían muy claro que aquel romance tenía fecha de caducidad y respondería a lo que durase la producción del trabajo.
Sin embargo, los términos en los que han expresado ambos lo que sucedió difieren mucho y el austriaco se ha columpiado diciendo que ella quería formalizar la situación y que él tenía clarísimo que no, ya que por aquel entonces estaba con la que se convertiría más tarde en su esposa, con la que formó matrimonio hasta 2011, la periodista Maria Shriver, y que él tenía clarísimo que ese era su futuro. Una pena que no lo viera de forma tan nítida en aquel pasado presente.
Brigitte Nielsen y Sylvester Stallone: la historia de una foto, una boda y una suegra agorera
En 1985, el mismo año que se estrenó El guerrero rojo, la actriz, modelo y cantante danesa estaba viviendo en Nueva York. Fue entonces cuando supo que Sylvester Stallone se estaba hospedando en un hotel de Manhattan y decidió pasarse por allí y dejarle una foto en su habitación, por debajo de la puerta, con su contacto y diciéndole que si le apetecía conocerla la llamase. Y oye, una se pone a pensar y poco se hace eso porque como dicen las creadoras de contenido para redes Ángela Henche y Albanta San Román, el no ya lo tenemos, ahora vamos a por la humillación, ¿qué puede ser peor?
Se ve que la cosa debió ir bien, ya que unas semanas después de empezar a quedar le ofreció un papel en Rocky IV y poco después pasaron por el altar, una boda sobre la que ella dijo que había 300 invitados pero que solo conocía personalmente a cinco de ellos. Todo bien.
Esta historia de amor, o impulsos, estuvo aderezada además con todos los clichés propios que dibujan en el imaginario colectivo, sobre todo en el de hace unas décadas, a las suegras, pero a decir verdad, la madre de Stallone llegó a decir de forma pública sobre Nielsen que "es el ejemplo más pobre de una mujer que he conocido". "Le pedí a Sylvester que no se casara con ella porque no iba a durar más que el próximo eclipse, y él solicitaría el divorcio", dijo.
Sobre quién dejó a quién hay polémica, ya que cada uno contó la historia a su manera. Por supuesto, la ruptura de este matrimonio mermó la carrera como actriz de Brigitte Nielsen, a pesar de que desde entonces ha participado en diferentes producciones y ha seguido trabajando en su música.
En la actualidad, y después de haber pasado por cinco matrimonio, reside en Marbella junto al actor y productor italiano Mattia Dessi, con el que se casó en 2005. Entre ambos hay una diferencia de edad de 15 años, ella tiene 60 años y él 45, y hace 5 años tuvieron a su hija, la que sería la quinta para Nielsen.