A través de la ficción, Alex Garland ha querido advertirnos de los peligros de la inteligencia artificial, los experimentos biológicos y las compañías tecnológicas con demasiado poder, pero sus películas nunca habían provocado tanto terror como Civil War, desarrollada a través de problemas terrenales que vemos a diario en las noticias.
Garland lleva el conflicto a Estados Unidos en una hipotética guerra civil que ha dividido al país y que ha invadido sus calles con la violencia y el horror que, hasta ahora, solo habían visto por televisión. "Describe peligros que creo que son reales. No son aliens, son cosas que de verdad pueden suceder", cuenta el director en una entrevista con SensaCine.
Hasta ahora, todos los proyectos del británico han estado relacionados con la ciencia ficción -Ex Machina (2014), Aniquilación (2018), Devs (2020)...-, por eso sorprende que su último proyecto esté tan arraigado en la cruda realidad.
No era mi intención decir: 'Ya he tenido suficiente ciencia ficción, ahora quiero hacer algo más presente en nuestro mundo'. La historia era una respuesta a una situación y la historia correcta tenía que ser algo bien fundado
"La ciencia ficción es muy buena para hablar de problemas del mundo real, es fantástica, pero, si piensas en una versión de esta historia ambientada en un planeta distante, con dos grupos de aliens teniendo un conflicto similar, la gente entendería la metáfora o la analogía, pero no les impactaría de la misma manera", continúa, "Tiene más que ver con lo que la película tiene que hacer y sentía que si la hubiera separado demasiado de la realidad hubiera sido más cómoda. Con este tema en cuestión no quería que fuera tranquilizador".
En Civil War las mismas balas que destrozan soldados y amenazan a los protagonistas impactan directamente contra el pecho del espectador. No es solo que la aspereza de la historia te cale hasta los huesos -que también-, sino que el director ha trabajado el sonido de una manera muy concreta para que los tiroteos atronen la sala de cine.
He visto películas que involucran muchos tiroteos y lo que hacen es eliminar un poco la parte más desagradable y el impacto. Tienen maneras de hacerlo más tranquilo, extrañamente, más cómodo. No te ataca. Sentí que sería inapropiado si en esta película convirtiera el tiroteo en algo tranquilo, así que lo he hecho lo más parecido posible a la realidad que he podido
En los momentos de máxima tensión, Garland ha querido eliminar al máximo la sensación cinematográfica que generalmente provoca seguridad en el espectador. "Conllevaba grabar los sonidos de los disparos, subirles el volumen más de lo habitual y eliminar los sonidos de las películas", explica el cineasta, "Eliminar la subbase que está debajo de las secuencias de acción que crean una especie de pesadez y drama, pero también hacen sentir al público que están en un lugar seguro. Sí, es una secuencia de acción, pero de una película, así que puedo relajarme y disfrutarla con palomitas. Si quitas esa subbase y solo dejas la agresión de los tiros, tiene un efecto diferente".
A priori, Civil War es la película más accesible de Alex Garland. No es la red de subtramas de Devs ni el complejo universo de Aniquilación, pero eso no significa que sea simple. Todo está calculado para que el mensaje antibelicista de la cinta alcance a la audiencia. "Es un poco menos simple de lo que parece. Soy ambiguo para ambos -demócratas y republicanos- de manera deliberada, para que no puedan hacer un juicio de valor sobre quiénes son los buenos y quiénes son los malos. Así que, creo que Civil War es la menos clara porque creo que pide el público que se proyecte en la película para poder experimentarla al completo".
Por encima de toda esa dureza hay una historia puramente emocional en la que un grupo de periodistas cruza Estados Unidos con el único objetivo de contar la verdad. Lo que estructura la trama es la relación entre la fotoperiodista veterana Lee (Kirsten Dunst); su compañero inseparable, el reportero Joel (Wagner Moura); el reputado periodista Sammy (Stephen McKinley Henderson), en busca de la que podría ser su última historia; y la recién llegada Jessie (Cailee Spaeny), que quiere seguir los pasos de Lee y va sobrada de energía, pero también de imprudencia.
"Es una película, quiero que la gente la encuentre interesante y convincente, que sea una noche interesante en el cine, pero tiene ideas en ella que siento fuertemente", resume Garland. Ya puedes disfrutar de ella en los cines.