Consiguió arrasar en cines y, ahora que se puede ver en streaming en todos los hogares a través de Max, la obsesión por Dune: Parte dos no hace sino aumentar. Denis Villeneuve consiguió confirmarse como un maestro de la ciencia ficción en este blockbuster que adaptó una novela considerada desde hace tiempo como inadaptable. David Lynch ya lo intentó en los ochenta y fracasó.
El director canadiense consiguió triunfar gracias a una poderosa propuesta audiovisual, pero también a una interesante fidelidad al texto original de Frank Herbert. Aun así, Villeneuve tuvo claro que tenía que cambiar ciertas cosas que podrían no funcionar en el formato de película, pero también otras que podían expandir aquello que el autor perseguía con el libro. Uno de esos cambios es quizá de los que pasan algo desapercibidos a la hora de valorar la película, pero están presentes desde el mismo inicio.
Tanto en la primera Dune como en la secuela, el director intentó mantener una estructura presente en la novela, donde cada capítulo empieza con una cita o narración de los textos de la Princesa Irulan, personaje que interpreta Florence Pugh en la parte dos. Así, las dos películas empiezan con dos impactantes frases, “Los sueños son mensajes de las profundidades” en la primera parte y “Quien controla la especia controla el mundo” en la última.
Una voz de las profundidades
Lo curioso es que ninguna de estas dos narraciones procede de la princesa. Villenueve decidió que estas fueran enunciadas por un anónimo Sardaukar, uno de los soldados del emperador que actúan como el “reflejo oscuro de los Fremen” según el director. Hablando con el The New York Times, explicó que tomó esta decisión para que en las películas fueran algo más que guerreros, que fueran gente “que tienen espiritualidad, pensamiento filosófico”.
Acaba de llegar a Max la película de ciencia ficción más espectacular del año: una nueva obra maestra de uno de los mejores directoresPara alcanzar esta voz tan profunda y gutural de los Sardaukar se colaboró con el compositor Hans Zimmer, elaborando un diseño de sonido que “se siente como si viniera de las profundidades, del mundo antiguo”. Con esta elección, Villeneuve buscaba transmitir al espectador que “iba a tomarme una libertad absoluta con esta adaptación, estaba secuestrando el libro”. Uno de esos detalles que muestran hasta que punto ha pensado todo lo que vemos y oímos en una de las películas del año.
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