"No conduzco, hablo mal inglés y odio la violencia". Javier Bardem no se vendió especialmente bien a sí mismo cuando los hermanos Coen le ofrecieron interpretar al villano de su 'thriller' neo-wéstern No es país para viejos, pero los directores lo tenían claro: "Por eso te llamamos a ti".
Así, apenas siete años después de haber comenzado a obtener sus primeras oportunidades en Hollywood y mientras pasaba por uno de sus momentos más notables a nivel profesional, Javier Bardem cumplió su sueño de trabajar con los hermanos Coen y, de paso, filmó la que sería considerada la mejor película de su carrera. También por la que ganaría su primer -y hasta ahora, único Óscar-, aunque su primera nominación había tenido lugar en 2001 por Antes que anochezca y volvería a serlo años después en dos ocasiones más, por Biutiful y Being the Ricardos.

Con una puntuación de 93%, No es país para viejos es la película del intérprete mejor valorada por la crítica según el agregador de reseñas Rotten Tomatoes, aunque la siguen muy de cerca la comedia española El buen patrón, la joya de ciencia ficción Dune: Parte dos de Denis Villeneuve y Skyfall, todoas ellas con un 92%.
En la cinta de los Coen, Bardem encarna a Anton Chigurh, un despiadado asesino a sueldo que ha sido contratado para recuperar el maletín con dinero que el protagonista de la película, encarnado por Josh Brolin, encuentra al principio de la película. La interpretación del oscarizado actor del antagonista de la novela de Cormac McCarthy de la que la película es adaptación es considerada como una de las representaciones de un psicópatas más realistas jamás vistas en pantalla.
Sin embargo, a pesar de que interpretar a Anton Chigurh le aportó cosas muy buenas a nivel profesional, Javier Bardem no ha escondido que el momento en que rodó No es país para viejos no fue precisamente muy bueno a nivel anímico.
"Me sentí un poco deprimido en No es país para viejos por varias razones, algunas personales", contó el actor a Deadline a finales del año pasado. "Fue un momento de mi vida en el que atravesaba una crisis como muchas otras. Pero me llevaron al centro de Estados Unidos para interpretar este papel tan oscuro con un elenco y equipo estadounidense por primera vez en mi vida. Así que me sentí un poco solo y completamente desconectado de todo lo que me rodeaba".
Supongo que algo de eso también se notó en el personaje, porque era alguien emocionalmente desconectado de los demás. A él no le importa. Josh Brolin fue mi salvación
"Fue tan amable, servicial y cariñoso, que realmente me rescató y me mostró la luz. Lo pasamos de maravilla. Lo considero una gran persona y un buen amigo", añadió sobre lo importante que fue contar con Brolin como coprotagonista.
Ahora, coincidiendo con la promoción de su nueva película F1: La película, Bardem ha vuelto a hablar sobre aquel momento en una entrevista con The New York Times: "Nunca llegué a pensar en cosas oscuras, pero sí estaba triste. Me costó un tiempo salir de eso".
Aquella película marcó un antes y un después en a carrera de Javier Bardem, una de las estrellas españolas más reconocibles en la industria del cine que este próximo viernes 27 de junio estrena nueva película junto a Brad Pitt.