La saga reboot Jurassic World que en su día nos permitió ver como el mítico parque con el que 20 años antes había soñado el filántropo John Hammond abría sus puertas por primera vez terminó el pasado 2022 con el estreno de Jurassic World: Dominion, una película que reunió a los nuevos protagonistas con los personajes de la trilogía original de los 90, pero la franquicia de dinosaurios no ha tardado en poner su maquinaria de nuevo en marcha.
Lo ha hecho con una nueva película que se engloba dentro de la franquicia, pero que funciona de forma independiente a las dos anteriores trilogías, con un nuevo elenco de protagonistas y una nueva aventura que plantea un escenario diferente. En el nuevo filme, que se estrena este miércoles 2 de julio bajo la batuta de Gareth Edwards y protagonizado por Scarlett Johansson, Jonathan Bailey y Mahershala Ali, la Tierra se ha convertido en un lugar inhóspito para los dinosaurios y los pocos que quedan habitan en remotos parajes como Saint-Hubert, una isla en el océano Atlántico que antiguamente utilizaba la empresa InGen como centro de investigación de dinosaurios.
Allí, un equipo de científicos que tiene que llevar a cabo una peligrosa misión que podría suponer importantes avances en medicina descubre que la isla también es el hogar de experimentos con dinosaurios mutados y fallidos que han prosperado con el paso de las décadas.
Así, la premisa científica de la nueva película se distancia de la que originó la primera entrega de la saga para plantear un nuevo escenario que, curiosamente, no es tan diferente a la ciencia real detrás de la tecnología de la desextinción, la principal actividad de la empresa de genética y biociencia Colossal Biosciences que recientemente resucitó lobos gigantes extintos hace 10.000 años utilizando ADN antiguo preservado.
Así lo ha revelado en una interesante entrevista con ScreenRant el director y confundador de Colossal Biosciences Ben Lamm, en la que explicó que la base científica de la película puede considerarse precisa pero que no existen fuentes de ADN tan antiguas que permitiesen la desextinción de los dinosaurios. Mientras
"Nos encontramos en una encrucijada interesante donde una combinación de computación de IA e ingeniería genómica nos permite revivir especies extintas. Ahora bien, no hay ADN de dinosaurio, porque el ADN se degrada muy rápidamente. El ADN más antiguo con el que trabajamos tiene alrededor de 1,2 millones de años, de un mamut estepario. Es bastante antiguo, pero los dinosaurios se extinguieron hace unos 65 millones de años. No quiero decir nunca, pero no veo un mundo donde encontremos ADN de dinosaurio intacto", ha explicado a la publicación.
Sin embargo, en lo que se refiere a la manipulación de especies e ingeniería genómica, lo que plantea Jurassic World: El renacer, según el experto, no es tan diferente a su actividad real: "Muchas de las cosas que hacían, y algunas de las que hacían en la isla que eran un poco más nefastas, eran el empalme genético. Investigaban todas estas diferentes maneras de manipular especies. Muchos de los animales que vimos no eran dinosaurios reales. Eran versiones modificadas de superdinosaurios. Creo que lo interesante es que, desde la perspectiva de la ingeniería genética, si bien no podemos desextintar dinosaurios, Colossal intenta ser muy específico al identificar los genes del ADN antiguo: necesitamos obtener mucho ADN antiguo y realizar mucha genómica comparativa". Y sentencia:
Todo esto se refleja perfectamente en la película. La ingeniería genómica en la película se parece bastante a como la hacemos
He hecho, Ben Lamn ha revelado también que están muy cerca de revivir a un animal extinto: el mamut lanudo, que, si todo marcha según sus planes, podría volver a existir en 2028.
"Nuestro objetivo es tener nuestras primeras crías para 2028. Para finales de 2026, tendremos nuestros embriones. El período de gestación es de 22 meses. Por otro lado, nuestro equipo de operaciones con animales está trabajando con rinocerontes blancos del norte, rinocerontes del sur y elefantes mediante la técnica de recolección de OPO (básicamente, inseminación artificial), que contribuye a la conservación", ha revelado el CEO de la empresa. "Mientras todo esto funcione, creo que estaremos encaminados para 2028 para nuestro primer nacimiento. Y parece que está funcionando. Así que, por ahora, nuestro objetivo sigue siendo finales de 2028. ¿Podría retrasarse? Sí. Pero si lo hace, creo que se retrasará meses, no décadas. Así que sí, todo va bastante bien".