En 1993 se estrenó Super Mario Bros, una adaptación en acción real del popular videojuego. Con un presupuesto de 48 millones de dólares, apenas recaudó 20 millones a nivel mundial, convirtiéndose en un sonado fracaso comercial y crítico. Desde entonces, ha sido considerada una de las peores adaptaciones de videojuegos jamás hechas.
La película fue duramente criticada por su guion, dirección, escenografía y, sobre todo, por su escada fidelidad al universo del juego. El fiasco afectó tanto a Nintendo que la compañía evitó durante tres décadas autorizar otro proyecto cinematográfico con sus personajes. No fue hasta 2023 que regresó al cine con Super Mario Bros.: La película, que recaudó 1.300 millones de dólares y dio luz verde a una secuela prevista para abril de 2026.
El final de la película de 1993 insinuaba una continuación. Daisy interrumpe a Mario y Luigi para pedirles ayuda ante una nueva amenaza. Los hermanos se preparan para otra aventura, pero esa escena no llevó a nada, ya que Nintendo canceló cualquier intento de secuela tras el fracaso inicial. Aunque fue una estrategia común dejar el final abierto por si había éxito, nunca hubo una historia concreta para una segunda parte.
La posibilidad de una secuela también se vio frenada por un rodaje problemático. El guion se reescribía constantemente, incluso durante las grabaciones, lo que generó conflictos entre los directores, los productores y el reparto. El ambiente en el set fue caótico y tenso.
Bob Hoskins (Mario) y John Leguizamo (Luigi) han declarado públicamente que odiaron hacer la película. Ambos actores bebían durante el rodaje para sobrellevar el descontento, convencidos de que el proyecto estaba condenado. La experiencia fue tan negativa que ninguno tenía interés en repetirla.
Un detalle curioso es que Hoskins aceptó el papel sin saber que se trataba de una adaptación de videojuego; fue su hijo quien se lo explicó mostrándole el juego. Durante el rodaje, Hoskins incluso se rompió un dedo con una puerta de una furgoneta y tuvo que actuar con un yeso pintado de rosa.
Cambio de planes en Netflix: La película de uno de los mayores éxitos de los videojuegos con Ryan Reynolds será completamente diferenteEn retrospectiva, Super Mario Bros de 1993 se convirtió en una película de culto por lo mala que fue. Aunque su final prometía una nueva aventura, los errores de producción y la reacción negativa del público enterraron cualquier posibilidad. Paradójicamente, fue ese mismo universo el que triunfó décadas después con una versión animada mucho mejor recibida.
