Hay algo fascinante en la vida antes de Hollywood de las grandes estrellas. Parece que el Pedro Pascal que trabajaba de camarero para poder pagar el alquiler en Nueva York no existe en la misma línea temporal que la súper estrella que estrena tres películas en menos de cuatro meses -la siguiente, Materialistas, que se estrena poco después que Los 4 fantásticos y antes que Eddington-. Pero la verdad es que muchos intérpretes empiezan su carrera con dificultades económicas y poca certeza de llegar a conseguir su sueño.
Por eso nos generan tanta ternura historias como la de Jamie Dornan, Andrew Garfield y Eddie Redmayne, quienes compartieron piso y decepciones profesionales durante años. Los tres actores se buscaban la vida para sobrevivir en la jungla de Los Angeles y daban con trucos como el de aparcar en un hotel y pedir algo barato de comer para poder pagar el parking más barato -apartar es una tarea prácticamente imposible y realmente cara en la ciudad californiana-.
Solíamos ir al Hotel Standard en West Hollywood y compartir un sándwich porque así conseguíamos aparcamiento más barato
"Nadábamos y jugábamos al ping-pong durante horas", recuerda Redmayne en una entrevista con Variety, "Nos alojábamos en pisos de agentes de amigos y alquilábamos juntos. Yo conducía el coche de alquiler más barato. Pero entonces aparecías en la fiesta de la CAA. Llegaban un montón de limusinas enormes. Yo iba en una masa roja".
"Una de las cosas más increíbles de vivir con Jamie es que, básicamente, es como vivir con un cachorrito", reconoció Redmayne en un programa de Good Morning America. "Tiene más energía que cualquier humano que hayas conocido. Existe esta cosa extraña sobre Jamie Dornan... hay una zona crepuscular entre las cinco de la tarde y las 6 de la tarde en la que se vuelve loco"
El actor asegura que crearon una comunidad de apoyo mutuo y, aunque no consiguiera papeles, se alegraba cuando uno de sus amigos sí lo hacía. "Cuando empezamos a salir para los mismos papeles, nunca afectó a nuestras amistades", cuenta Charlie Cox, protagonista de Daredevil que también formaba parte del grupo y dedicó unas palabras a su amigo en el reportaje de Variety. Y sucedió en varias ocasiones. Por ejemplo, Cox hizo la prueba para aparecer en Mi semana con Marilyn, pero el equipo se decantó por Redmayne.
Existe la anécdota de que Eddie Redmayne fue rechazado categóricamente por E.L. James para protagonizar Cincuenta sombras de Grey, papel que luego iría a su compañero Jamie Dornan. Resulta que le preguntaron a Redmayne en una rueda de prensa de Los Miserables si estaría dispuesto a presentarse como candidato para ser Christian Grey, a lo que el actor respondió que sí. Poco después, la escritora escribió en su cuenta de Twitter: "¡Bajo ninguna circunstancia!". Aquí no hubo disputa posible.
Al final, todos terminaron encauzando su carrera y ya no necesitan compartir piso ni sándwiches para poder ser estrellas de cine.