El comandante Ernest Krause es un oficial naval de la Segunda Guerra Mundial decidido a forjar su propia carrera y ve su oportunidad pocos días después de la intervención de Estados Unidos. Lidera un convoy internacional de 37 barcos aliados a través del peligroso Atlántico Norte. Como Krause, quien también comanda el destructor de la Armada "Greyhound", pero con una flota de submarinos alemanes pisándole los talones, pronto se ve confrontado no solo por el enemigo, sino también por la inseguridad que lo atormenta.
Es la premisa de Greyhound, la película basada en la novela El Buen Pastor de Cecil Scott Forester que se estrenó en 2020 bajo la batuta de Aaron Schneider y guion de Tom Hanks, que también se encarga de meterse en la piel del personaje protagonista. Le acompañan Elisabeth Shue y Stephen Graham, entre otros.
Recibida con críticas mayoritariamente positivas, Greyhound no llegó a pasar por las salas de cine, sino que directamente fue exihibida por la plataforma de 'streaming' Apple TV+. Además fue nominada al Oscar a Mejor sonido, aunque el premio fue a parar a la elogiada Sound of Metal ese año.
Una de las curiosidades de la película es que, aunque está ambientada en alta mar prácticamente durante sus 90 minutos de metraje, la cinta fue rodada sin ver una gota de agua real.
En lugar de rodar en localizaciones en alta mar o filmar en un tanque de agua como James Cameron con Titanic, la película se rodó en un estudio frente a cromas verdes. Todo lo que parece olas o hielo en pantalla es pura tecnología de gráficos realizados por computadora. "Cada gota de agua en esta película es digital", explicó el director en una entrevista con Business Insider. "Todo lo que ves por la ventana o por encima del hombro de Tom. De hecho, la mayor parte del fuego también es digital".
No obstante, para lograr la ilusión perfecta, Schneider no se limitó a la CGI estándar. Primero, viajó a Baton Rouge para ver el USS Kidd desmantelado y uno de los últimos destructores originales que quedan de la Segunda Guerra Mundial. Allí, él y un amigo fotografiaron cada detalle, produciendo unas 10.000 imágenes. Estos datos se utilizaron para crear un modelo 3D del barco, que sirvió de base para la posición de las cámaras y la planificación de escenas.
Para el mar digital, Schneider utilizó una tecnología originada en el desarrollo de videojuegos: NVIDIA WaveWorks. El programa simula el comportamiento realista de las olas, incluso teniendo en cuenta el peso y el tipo de objeto en movimiento. Esto permitió que destructores, buques mercantes y submarinos parecieran flotar con una precisión física increíble.
La combinación de investigación meticulosa, tecnología de simulación moderna y movimiento basado en la física hizo que Greyhound pareciera un auténtico documental de guerra naval que demuestra hasta dónde puede llegar la tecnología cinematográfica actual sin siquiera tocar el océano.