Ethan Hawke tenía solo 18 años cuando hizo El club de los poetas muertos (1989). Era muy joven, pero intuyó que algo no iba bien con Robin Williams, su compañero de reparto en el drama dirigido por Peter Weir. Williams se suicidó en agosto de 2014. El actor sufría depresión y ansiedad y fue diagnosticado con demencia.
El club de los poetas muertos se ambienta en 1959 en un colegio de élite masculino. Williams dio vida a John Keating, un profesor de literatura que inspira a sus estudiantes a perseguir sus sueños pese a los obstáculos familiares y sociales. Además de Hawke, Josh Charles y Robert Sean Leonard dieron vida a otros de los alumnos protagonistas.
"Estaba al tanto de las complejidad de su vida emocional", ha declarado Hawke en una entrevista con CBS Sunday Morning en el que ha hablado sobre su paso por El club de los poetas muertos. El intérprete ha reconocido que la muerte de Williams no ha cambiado su percepción de la película porque ya notó los problemas de su compañero de reparto.
"He tenido mucha depresión en mi familia y para mí era obvio que todo ese poder y carisma tenían un precio", ha contado. Hawke ha descrito a Williams como una "persona muy muy sensible que estaba muy en sintonía con la energía de la habitación".
Hace 36 años esta poderosa escena inspiró a toda una generación y sigue siendo tan recordada como el primer díaEl actor ha puesto un ejemplo de lo que vivió durante el rodaje. Ha recordado que, en un momento dado, Williams estaba "inventando frases y todos se reían, todos lo elogiaban". Sin embargo, más tarde, las cosas eran diferentes. "Fui a buscar un vaso de agua, un bagel o algo así, y lo vi escondido en un rinconcito. Estaba escondido solo en la oscuridad. Y pensé: 'Bueno, ahora lo entiendo mucho mejor'. Fue un trabajo duro. Fue agotador".
Hawke ha confesado lo que se le pasa por la cabeza cuando vuelve a ver la película: "Pienso en el espíritu del hombre que conocí en aquellos días, y lo poderoso que era, y cuánto resistió esa tormenta de su propia psique por nosotros y por otras personas. Lo admiro enormemente".
El pasado mes de octubre, Hawke contó en Vanity Fair que Wiliams se convirtió en un mentor para él. "Robin Williams no escribió el guion. Yo no sabía que se podía hacer eso. Si tenía una idea, la hacía. No pedía permiso. Y eso fue una puerta nueva que se abrió a mi mente: que se podía actuar así".