¿Cuál fue tu primera reacción al leer el papel de Juan Carlitros?
Pues la verdad es que me alegré bastante. Es un modelo de personaje que me era muy familiar puesto que he practicado varias veces este tipo de comedia, así que pensé que no me sería muy difícil interpretarlo. Hay que aplaudir a Borja Cobeaga y a Diego San José por su trabajo porque cuando diseñaron el personaje de Juan Carlitros lo hicieron pensando específicamente en mí. Y digo que hay que felicitarles, no sólo porque creo que es un personaje tremendamente divertido, sino porque mucha gente cree que, o bien es cosa mía, o bien yo he añadido cosas. Y no es así, lo que pasa es que lo adecuaron tan bien a mi persona que todo parece muy natural, muy espontáneo. El personaje es todo un caramelo, en cuanto leí el guión quedaba claro que si alguien destacaba en la película era Juan Carlitros. Así que te puedes imaginar lo agradecido que estoy a Borja por haber confiado en mí para este proyecto.
Borja Cobeaga me ha dicho que has evolucionado mucho como actor en estos últimos años.
Sí que siento que he evolucionado bastante, ahora, ¿para bien o para mal? (risas). Es algo que tienes que sentir, que evolucionas, que vas creciendo como actor. ¡Más en mi caso que ni siquiera he tenido formación actoral! Así que es importante que, hagas lo que hagas, ya sea un monólogo, un sketch, una serie, una película… que aprendas de todo ello, tanto del engranaje con que se construye como de tu interpretación en sí misma. De ahí que casi todo lo que hago sea como un aprendizaje. Así que hay que evolucionar y, si algún día noto que ya no soy capaz de mejorar, que me he quedado estancado, ese día será mejor dejarlo.
Parece que todos los miembros 'La hora chanante'/'Muchachada nui' estáis en vuestro mejor momento. No paráis de trabajar, ya sea en programas de televisión, en series, en películas, en teatros…
Es curioso porque a veces parece que todo ha pasado muy rápido, piensa que no hace ni cinco años que hacíamos 'La hora chanante'. Sin embargo desde dentro no se ve así, lo hemos vivido todos de una forma bastante gradual y eso, supongo, nos ha ayudado a encajar mejor tanto cambio. También hay que apuntar que el hecho de que sigamos trabajando todos juntos nos ha hecho tener más tranquilidad. A veces nos acordamos, "¿Te acuerdas cuando creamos ese personaje en un bar?" o "¿Recuerdas aquél sketch?" y, entonces, lo enfrentas a nuestra realidad actual en la que llega Carlos Areces desde Venecia y nos dice que cree que no va a ganar la Copa Volpi porque Paul Giamatti es el favorito. Entonces le miras y le dices, "Carlos, ¿estás escuchando lo que dices? ¡estás hablando de Paul Giamatti!". Claro, si te paras a pensar, es algo alucinante. Supongo que somos muy afortunados. Pero creo que la clave es esa: que seguimos siendo la misma pandilla de amigos desde hace un montón de años, que hemos crecido juntos. Es algo realmente bonito.
¿Y no tenéis miedo a convertiros en un cliché y que acabéis como los Monty Python, todos enfadados con todos?
(Risas) Es una fantasía en clave negativa, "¿te imaginas si nos pasara esto?". Y luego podríamos fabricar leyendas, como el ir a una actuación pero cada uno se hospeda en un hotel distinto para no tener que verse. La verdad es que es divertido pensar en ello. Pero no creo que pase o, al menos, hasta la fecha parece que hemos superado todas las etiquetas o todas las malas críticas que nos han podido caer. Si es que en el fondo somos gente muy normal, muy afable. Yo, por ejemplo, soy un tío de Cuenca al que le encanta volver siempre a su pueblo donde sigo teniendo a los mismos amigos desde que éramos pequeños, así que allí soy sólo uno más. Lo que quiero decir es que creo que somos gente sencilla que sabemos que lo nuestro es un trabajo, que no hay que enloquecer por ello. Pero igual que te he contado antes, cómo a nosotros todo parece que nos ha llegado con bastante naturalidad, de momento ninguno ha enloquecido.
¿Te llevarías a Juan Carlitros de tour a hacer monólogos?
¡Uau! Yo creo que me eclipsaría. La verdad es que sería un tour divertido, pero debería ser por hoteles y bares de carretera, no sé, por Benidorm y cosas así. También alguna boda, algún cumpleaños…
Ya para acabar... ¿Me cuentas un chiste?
Vale. A ver. Este es muy estúpido pero juega con el metalenguaje, para que veas lo sofisticado que soy. Entran en un bar un inglés, un francés y un español. El camarero se los queda mirando y dice, ¿esto qué es? ¿un chiste?
Alejandro G.Calvo
