A la ganadora del Oscar Natalie Portman (Cisne negro) la veremos próximamente como Jacqueline Kennedy en Jackie de Pablo Larraín, e incluso como una médium en Planetarium de Rebecca Zlotowski. Pero aunque ella piense que las precuelas de Star Wars casi arruinan su carrera, siempre será recordada por dar vida a Padmé Amidala en La amenaza fantasma, El ataque de los clones y La venganza de los Sith. Ahora, con 35 años, ha confesado en el programa de Jimmy Kimmel que no deja que su hijo Aleph, de cinco años, vea las películas de La Guerra de las Galaxias en las que participó.
Sin embargo, la negativa de Natalie Portman nada tiene que ver con que las precuelas de Star Wars sean a menudo consideradas inferiores a las originales. De hecho, la intérprete desearía poder enseñárselas. "Es un poco vergonzoso. Cuando lo hice, pensaba: "Esto va a ser lo más alucinante. Un día cuando tenga niños, se lo podré enseñar". Pero después se dio cuenta de que su personaje, Padmé, no acaba demasiado bien. "Muero en las películas. Creo que es algo siniestro para enseñarle a tu hijo".
Mientras, lo próximo de Lucasfilm y Disney es el 'spin-off' Rogue One: Una historia de Star Wars que, con Felicity Jones (La teoría del todo) como protagonista, llega a los cines españoles el 16 de diciembre. La historia gira en torno a un grupo de Rebeldes que hará lo posible por robar los planos de la Estrella de la Muerte. ¿Pero y si tuvieran que enfrentarse al mismísimo Lord Sith Darth Vader?
