Hard Candy (David Slade, 2006)
Para que una venganza funcione de cara al espectador, uno de los requisitos más importantes es que éste no sólo comprenda los motivos del vengador, sino que también los aplauda y comparta. Esta cuestión es puesta a prueba admirablemente en Hard Candy, ya que el sujeto de esta venganza es un pedófilo que selecciona meticulosamente a sus víctimas por Internet. Una de estas jóvenes citas será la encargada de hacer justicia, pero yendo mucho más allá de una mera denuncia.
Aurum
Así, Jeff Kohlver (Patrick Wilson) era secuestrado por Hayley (Ellen Page) durante una cita fortuita, y el resto del metraje de Hard Candy se dedicaba a torturar al criminal de un modo cada vez más despiadado. El momento en que Hayley le amputaba los genitales suponía una prueba definitiva para nuestro estómago y nuestra empatía: desde luego que Jeff se merecía todo lo que pasara, pero, ¿de verdad era necesario que lo viéramos?
Dogville (Lars von Trier, 2003)
Siguiendo con venganzas que ponen a prueba el aguante y la moral del espectador, es inevitable que hablemos de este film, dirigido por alguien por otro lado experto en estas cuitas: Lars von Trier. A diferencia de otras películas de esta lista, el argumento de Dogville no pivota en torno al tema de este especial; es sólo una consecuencia. La llegada de Grace (Nicole Kidman) a un pequeño pueblo norteamericano sacará lo peor de su humilde comunidad, hasta el punto de que ella se convertirá en su esclava e incluso será violada por varios de los habitantes.
Golem Distribución
Todo cambiará cuando, hacia el final del film, Grace es encontrada por su padre (James Caan) que resulta ser el jefe de una organización mafiosa, y no reacciona nada bien a lo sucedido con su hija. Cuando sus hombres abren fuego contra el pueblo, el espectador no se estremece tanto como cuando, posteriormente, vemos a la misma Grace intervenir, y actuar de forma aún más letal. Esta venganza, por primaria y fruto inmediato de la ira, no es retorcida de por sí: lo retorcido es la mezcla de horror y satisfacción que sentimos cuando presenciamos estos asesinatos.