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    Kantemir Balagov (‘Demasiado cerca (Tesnota)’): “Quería hacer un retrato bruto de la juventud durante la caída de la URSS”

    Se estrena uno de los debuts de cine de autor más sorprendentes del año, que impresionó a la crítica en Cannes.

    Kantemir Balagov tiene 26 años y ha firmado con Demasiado cerca (Tesnota), uno de los debuts más sorprendentes del año, ovacionado en su presentación en la sección Un certain regard de Cannes, donde se llevó el premio Fipresci, el galardón de la crítica.

    De origen caucásico, Balagov nos sitúa en su ópera prima en 1998, tras la caída de la Unión Soviética y el auge de la nueva Rusia, en la república Kabardia-Balkaria, próxima a una Chechenia en plena guerra, para contarnos la historia de Ilana, una joven judía de 24 años a la contra de todo lo que se espera de ella –viste como un chico, trabaja en un taller mecánico y está enamorada de un cabardino–, que pronto ve cómo su futuro se esfuma cuando su hermano David es secuestrado. Sobre su película y otras cuestiones, responde Balagov en esta entrevista exclusiva con SensaCine.

    ¿Por qué te fijaste en el concepto de familia y las tensiones entre sus miembros en ‘Demasiado cerca (Tesnota)’, tu primera película?

    Kantemir Balagov – La película recopila muchas historias que pasaron en la zona en la que vivo cuando yo era pequeño. Me interesaba la institución familiar como motor de la trama, y esa idea de asfixia relacionada con la familia. En una familia caucásica y judía como la de Ilana, todo está marcado y no hay lugar para la libertad. También me interesaba la reflexión sobre el sacrificio, de lo mucho que tiene que dejar de lado la protagonista para salvar a la familia.

    ¿Por qué decidiste ambientarla a mediados de los años 90, cuando tú eras bastante pequeño?

    K. B. – Quería una historia que tuviera lugar en los años de la guerra de Chechenia, que reflejara todas las incertidumbres que provocó la desintegración de la URSS, y la tensión étnica de esta zona en concreto.

    ¿Es por esta razón por la que decidiste incluir esos VHS de la guerra de Chechenia, en los que se ven torturas y ejecuciones, en mitad de la película?

    K. B. – Aunque parezcan clandestinos, ahora mismo hay muchos de esos vídeos colgados en YouTube. En su momento, esos vídeos circulaban por mi escuela cuando era adolescente. Los descubrí con mis compañeros, pero no por morbo, sino porque éramos jóvenes y no sabíamos muy bien lo que teníamos entre manos. Me impactaron mucho y pensé que tenía que enseñar esas cintas tal y como yo las vi.  Además, los personajes viven en una zona muy cercana a la zona de combate. Es lógico que sea un área influida por el conflicto.

    Los VHS que aparecen en la película los descubrí con mis compañeros de colegio. Me impactaron mucho y pensé que tenía que enseñar esas cintas tal y como yo las vi.

    ‘Demasiado cerca (Tesnota)’ tiene un acercamiento apoyado en el naturalismo muy urgente, pero llama la atención el uso del color en la película, basado en el contraste entre el naranja y el azul.

    K. B. – Me interesaba en Tesnota realizar un retrato bruto de la juventud de esa zona en esos años, y también marcar ese contraste, dejar claro la diferencia entre Ilana y su familia. También a partir del uso de colores. En el caso de Ilana, el azul tiene que ver con la idea de libertad.

    ¿Cómo descubriste a Darya Zhovnar, la actriz protagonista?

    K. B. – Darya hace teatro en Rusia y no es muy conocida. Es una actriz que constantemente está en acción, pensando cosas y proyectándose hacia el futuro. Creo que es la persona ideal para mostrar esa rebelión contra las viejas tradiciones machistas del Cáucaso de someter a las mujeres.

    Aleksandr Sokúrov ha ejercido de productor de tu debut. En este sentido, ¿has podido trabajar con libertad o su figura ha estado demasiado encima?

    K. B. – Sokúrov me ha dejado toda la libertad del mundo, aunque también es como un tutor para mí. De vez en cuando me daba consejos, todos muy acertados, pero jamás intentó cambiar ni una de mis ideas sobre la película. Y más allá de producir la película, le debo el hecho de que haya confiado en mí. Para un director joven es una oportunidad increíble.

    Supongo que tenerle como padrino ayudó a la hora de aterrizar en el Festival de Cannes. ¿Qué ha supuesto para tu película salir de ahí con un premio importante?

    K. B. – Cuando estaba en el festival daba gracias a Dios cada día por la estupenda oportunidad. La verdad es que no me lo creía, y cada cosa que me ha sucedido desde entonces es lo más parecido a un milagro. 

     

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