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    'Arthur Rambo': la pesadilla de Laurent Cantet que hará que te pienses dos veces bromear en Twitter
    Beatriz Lucas Cabornero
    Beatriz Lucas Cabornero
    -Exredactora Jefa y periodista en SensaCine
    Periodista desde hace 20 años y fanática de Miyazaki. Se conoce la filmografía completa de Leo McCarey. Está dispuesta a darlo todo por su equipo.

    La película del director de la premmiada 'La clase' está inspirada en la historia real de un autor de origen inmigrante al que las redes sociales hundieron invita a pensar sobre quiénes somos y qué rol juegan las redes sociales en nuestra identidad.

    "Tienes que ser rápido. Sin pensar. Un tuit, una respiración, un tuit una respiración". Así trata de explicar Karim D. (Rabah Naït Oufella), el protagonista de Arthur Rambo, cómo acabó hundiendo su propia carrera de escritor atrapado por una maraña de tuits que él mismo había publicado años antes. Y esta es la historia que atrapó al director Laurent Cantet, ganador de Cannes con La Clase, para adentrarse en un mundo para él desconocido como usuario, ya que ni siquiera tiene redes sociales. La película, que se estrenó en El Festival de San Sebastián, llega este viernes a los cines, y en SensaCine hemos podido entrevistar al director que hará que te lo pienses dos veces antes de tuitear una broma de mal gusto.

    Arthur Rambo
    Arthur Rambo
    Fecha de estreno 22 de abril de 2022 | 1h 27min
    Dirigida por Laurent Cantet
    Con Rabah Naït Oufella, Antoine Reinartz, Sofian Khammes
    Medios
    3,3
    Usuarios
    2,9

    "Las redes sociales tienen algo que a mí me molesta mucho: la velocidad. Tus opiniones van a una velocidad tremenda y el que se limiten los caracteres para desarrollar una idea simplifica y vanaliza todo lo que ocurre", explica el director francés que en esta película nos invita a pensar sobre quiénes somos y cómo el monstruo de las redes sociales devora todo a su paso y condiciona nuestra identidad. 

    Este simplismo lleva a una radicalización a la fuerza, tienes que encontrar el puñetazo en unas cuantas palabras nada más para que te retuiteen y esto abre el espacio a mucha violencia. Porque para estar siempre presente debes ser provocador, agresivo o muy divertido y las discusiones se convierten rápido en muy violentas, mucho más que la vida real", explica Laurent Cantet.

    Y añade: "Cuando haces un artículo, lo piensas, lo reflexionas. Un realizador puede tardar tres años en hacer una película. En las redes sociales no piensas, disparas. Hay que ser rápido y eficaz y sobre todo dar la sensación de que siempre tienes algo que decir y aportar porque se existe a través de eso", reflexiona el director.

    Céline Nieszawer

    Arthur Rambo, nos arrastra también a pensar respecto a la identidad y la imagen desde dos ángulos diferentes: quienes somos en las redes sociales, y quienes somos en la geografía social. Cuenta la historia de Karim D., un escritor de origen inmigrante, que desata pasiones con su libro en el que cuenta la historia de su madre y cómo se siente extranjero en su propio país y discriminado por las élites blancas francesas, pero que gracias a su libro acaba siend idolatrado por ellas.

    El escritor se convierte en un fenómeno y un espejo para los miles de inmigrantes del extrarradio parisino. Pero cuando Karim D. está empezando a disfrutar de su éxito irrumpen en su vida los mensajes subversivos, insultantes y provocadores que posteó cuando era un adolescente en Twitter con un alter ego ficcional llamado Arthur Rambo. Y tendrá que gestionar el ataque social que genera, y tratar de defender que el personaje de ficción no tiene nada que ver con el personaje real.

    Inspirada en una historia real

    La historia de Karim D. está inspirada en lo ocurrido al locutor de radio Mehdi Meklat a quien hundieron su carrera unos viejos tuits que escribió con un pseudónimo en 2017, según explica el ganador de la Palma de Oro en Cannes en 2008, con La Clase. 

    Toda la izquierda fancesa le adoraba porque había conseguido algo realmente difícil: había pasado de un mundo -el del extrarradio parisino y el estigma-, a otro -el de la élite progre parisina-", cuenta el director.

    Yo había leído artículos suyos, le había escuchado en la radio a menudo y compartía muchas de sus opiniones porque era alguien muy políticamente correcto", recuerda el director. "Y de pronto abres una mañana el periódico y descubres que era también el autor de una serie de tuits realmente inadmisibles. ¿Cómo podían convivir esas dos identidades en una misma persona? Es lo que le pregunta su novia ¿cómo puedes tener esa mierda en la cabeza?", se pregunta Cantet.

    En realidad Arthur Rambo no responde a ello. Quizás porque no llega a entenderse, pero tampoco importa. "Había que aceptar la idea de que el porqué no se llegaría a entender.Hay algo que va más allá de la lógica y lo que me interesaba también era que ese personaje él mismo se considerase un enigma y no llega a entender por qué lo ha hecho. No entiende lo que le pasa. Yo quería mostrar que sus respuestas nunca son convincentes porque él no sabe tampoco por qué lo hizo" explica Laurent Cantet.

    Pero además, Cantet vuelve a cuestionar el orden establecido en Francia, o como él lo denomina "la geografía social" y se adentra en la construcción de la imagen, las redes sociales y lo peligrosas que pueden llegar a resultar.

    Cuando se descure su alter ego políticamente incorrecto no solo se le rechaza sino que se le devuelve a donde venía, a su mundo del extrarradio y la pobreza. Hay una geografía social y para mí era muy importante describirla", explica el director.

    Y la película funciona a pesar de lo convencional de su narrativa, y algunas de sus frases siguen retumbando en la cabeza del espectador horas después de haber salido del cine. El relato se construye como un enorme juicio social. De hecho Cantet asegura que se construyó como si fuera una película de juicios: "Karim D. va enfrentándose de un tribunal a otro: El primero es la editorial, luego sus amigos que viven en París, luego sus amigos del barrio, de infancia, y luego su familia y el hermano pequeño y cada vez se va hacia una intimidad mayor, cada uno a su nivel van a hacerle la misma pregunta ¿por qué?", una pregunta que se queda en el aire.

    Quizás la única pega es que la aproximación que hace Cantet al tema tiene una mirada demasiado alejada de las redes sociales, con una distancia generacional de este fenómeno que condiciona hoy nuestras vidas.

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