Árboles torcidos, paisajes siniestros, oscuros y neblinosos, personajes extravagantes, cuentos de hadas para adultos con corazón infantil… Estos son algunos de los elementos que han protagonizado la singular y única carrera de Tim Burton, un cineasta con un universo personal perfectamente identificable.
El pasado 28 de septiembre en Madrid y rodeado por estudiantes de cine ávidos de resolver el misterio creativo de Burton, tuvo lugar una masterclass dirigida por nuestro Álex de la Iglesia. Este evento forma parte de la exposición de estreno mundial en España ‘Tim Burton: El laberinto’, un recorrido inmersivo por las películas de Burton y que puede verse en el Espacio Ibercaja Delicias del 29 de septiembre hasta el próximo 11 de diciembre.
SensaCine ofrece a sus lectores, en exclusiva, un fragmento de la masterclass en la que Burton trató temas inseparables de su mente creativa como es el uso del color, la técnica stop-motion que usó en La novia cadáver o alguna de sus obras más representativas, como Batman, Bitelchús o Pesadilla antes de Navidad, de la que es autor del guion y del diseño de personajes. Esta última, según afirma en la masterclass ‘es una película que escribí a principios de los ochenta y tardó diez años en ver la luz”.
Durante la charla también hubo tiempo para hablar de algunos de sus ídolos, como Vincent Price, del que afirma sentirse muy identificado con su personaje ‘un poco retorcido, psicológicamente solitario, con una vida tortuosa’. Aunque, quién lo diría, su infancia se alejaba de todo aquello relacionado con lo oscuro y tenebroso: “En Burbank, California, (lugar de nacimiento de Burton) el clima siempre era bueno, por eso me atraían tanto las películas de monstruos, quería explorar aquello que no tenía delante mía”.
Monstruos como los que habitaban Bitelchús, una película de la que afirma que ni siquiera el estudio fue capaz de comprenderla “Nunca entendieron esa película, es rarísima. Ni siquiera yo creo entenderla.”
Gracias a ‘Tim Burton: El laberinto’ y la masterclass del pasado 28 de septiembre, la capital madrileña se ha convertido durante unos días en el hogar del cineasta californiano y todo aquel amante de su cine ha contado con una oportunidad única para aproximarse a su obra. Gracias a este tipo de iniciativas, en las que se acerca la figura del director al gran público, películas que ya forman parte del imaginario colectivo como Ed Wood, Eduardo Manostijeras, Mars Attacks, Batman o Bitelchús, de la que prepara una secuela, adquieren otro significado, más profundo y de mayor calado.
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