El rodaje de Los renglones torcidos de Dios fue lo más parecido a estar dentro de un psiquiátrico real. Oriol Paulo y Guillem Clua, a la hora de escribir el guion, se propusieron que todos los personajes secundarios de la novela de Torcuato Luca de Tena tuvieran su momento en pantalla, aunque fuese pequeño. Para ello desglosaron el libro entero y crearon una historia individual. "Les dimos su pauta de comportamiento, su diagnóstico, la patología que tenían...", cuenta Paulo en SensaCine. Cada uno de los actores que interpreta a uno de los enfermos mentales trabajó con un 'coach' que les hizo estar metidos dentro del personaje durante toda la película. "Tú entrabas a trabajar cada día y aquello era como entrar a trabajar en el hospital psiquiátrico", añade Paulo, que dirige el filme.
El resultado de esta anécdota y todo lo que ha supuesto llevar esta película a la gran pantalla llega el 5 de octubre a los cines. Los renglones torcidos de Dios traslada a la gran pantalla la famosa novela de finales de los años 70. La historia sigue a Alice Gould, una mujer que finge una enfermedad mental para entrar en un psiquiátrico. Ella, detective privado, tiene como objetivo resolver un asesinato ocurrido dentro de la institución. No obstante, no todos la tomarán por cuerda y su salida del psiquiátrico no será fácil. ¿Está loca o no lo está?
"Había leído la novela. Había mucho vértigo, pero en ese vértigo también había algo de seducción, que era el personaje de Alice Gould", recuerda Paulo. Cuando le propusieron este trabajo, a una de las primeras que llamó fue a Bárbara Lennie, con quien ya había trabajado en Contratiempo. "Llamé a Bárbara, que fue durante el confinamiento, que ya habíamos trabajado con Guillem una estructura, y le ofrecí la película. Le fui muy sincero y le dije: 'Solo la voy a hacer si la haces tú". Lennie no tardó en decir que sí: "No me lo pensé. No sé si fue en esa llamada, pero te dije: 'vale. Genial. Déjame leerlo", cuenta la actriz.
Una vez el rodaje comenzó y Lennie y Paulo entraron en acción, la actriz experimentó lo que era llegar al set cada día y ver a todos esos actores secundarios interpretando a enfermos mentales:
Era delirante. Tú llegabas por la mañana y ya estaban todos a saco. Metidísimos en sus personajes y en sus movidas. Era muy destacable el nivel de entrega que tuvieron todas esas personas. Durante horas sosteniendo sus historias, sus energías, cómo se movían, cómo miraban...
La intérprete también recuerda que Paulo iba guardando algunas cosas para poder captar las primeras impresiones de su personaje. "Me iba dosificando mucho lo que me dejaba ver y lo que no para que también hubiera algo de la primera vez que veía ciertas situaciones y ciertos lugares que me servían para contar el desconcierto del personaje".
Además de Lennie, Los renglones torcidos de Dios cuenta en su reparto con Eduard Fernández y Loreto Mauleón. El primero se encarga de interpretar a Samuel Alvar, director del centro y uno de los villanos de la historia, y la segunda a la subdirectora de la institución. "Imagínate. Estaban al 100% todo el tiempo. Además, con una entrega alucinante", cuenta Mauleón sobre los actores secundarios manteniendo su papel. "Se ve, ¿no?, que no es una figuración que pasa por detrás".
UN LIBRO QUERIDO POR MUCHOS
Los renglones torcidos de Dios es uno de los libros de cabecera de mucha gente. ¿Supuso eso algo de miedo a la hora de pensar en decepcionar a los fans? "Es el libro preferido de mucha gente y pensaba: 'Puede ser que la gente tenga una idea preconcebida de los personajes y que luego los decepcione la película'. Creo que no ocurre eso, creo que la película, no sé por qué magia, atrapa al espectador y entra en una ficción y el libro queda en otro lugar. Creo que la película es fiel al espíritu del libro", responde Fernández.
Otra de las peculiaridades de la película es su duración: dos horas y media. Una cantidad de tiempo que a la gente puede hacerle pensarse dos veces ir al cine. Como destaca Fernández:
Debería ser valorado, pagado y recomendado por los psicólogos y psiquiatras: 'Vaya usted al cine y pase así dos horas y media. Sentadito y sin mirar el móvil y atento a la pantalla'. Da igual lo que dure. Dura lo que debe durar
Para interpretar a sus personajes, Mauleón y Fernández se apoyaron en psicólogos y psiquiatras. "Hablé con unas amigas psicólogas y fui tirando de ahí. También con otra amiga médico, que no es psiquiatra, pero había cosas que podía comentar. Al final, era un personaje muy empático y que rompía esa barrera de paciente y doctor, por lo que tampoco quería hacer algo tan profesional en ese aspecto", cuenta Mauleón. Su personaje es uno de los pocos aliados que Alice Gould encuentra en esta misión de investigación.
Si para la actriz no era necesario que su papel fuese tan estricto para Ferández sí que había una necesidad de calcar algunos aspectos de la profesión. "Hablé con algún psiquiatra para ver si era exacto lo que decía y cómo lo decía. Mi personaje se defiende, trabaja con la oralidad, y con la mirada a la hora de analizar. Tenía mucho interés en que fuera muy preciso lo que digo y cómo lo digo. Es el personaje, de todos lo que he hecho, que más se agarra a la oralidad".
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