Los restaurantes que pasan por Pesadilla en la cocina pueden ser un éxito o acabar cerrando. Si la semana pasada contamos la marisquería de Benidorm que es un éxito, hoy nos fijamos en el peculiar caso de L'Orbayu. Esta cafetería, que Alberto Chicote reconvirtió en sidrería, obtuvo una gran afluencia de clientela tras la emisión del programa. Sin embargo, el restaurante asturiano acabó cerrando pero no por culpa del conocido chef.
El 21 de abril de 2014 los espectadores conocieron L'Orbayu, un pequeño local situado en Las Vegas (Asturias) que casi acaba con la paciencia -y mira que tiene mucha- del conocido chef. Difícil olvidar la imagen de la propietaria utilizando un altavoz para comunicarse con el personal, tres empleados y su madre. "Es que a mí no me hacían caso y a mi madre la contestaban", justificó Sandra Álvarez en declaraciones a El Correo.
Chicote tuvo que enfrentarse al mal ambiente que había entre los empleados del L'Orbayu. Y es que, en un momento de tensión, la propietaria tiró una caja de galletas a una de las camareras con posterior ataque de ansiedad. "¡Es que no me hacía caso, ni a mí ni a mi madre! En la tele solo fueron unos segundos, pero en realidad estuve así más de una hora", confesó Álvarez.
El restaurante japonés con toque andaluz de Málaga que no sobrevivió tras el paso de 'Pesadilla en la cocina'En cuánto a la comida, nadie puede olvidar la cara de Chicote al probar las croquetas "caseras". "Las tenía caseras, pero en ese momento no me dio la gana ponérselas. No me preguntes por qué", señaló la dueña de la sidrería. La audiencia tampoco olvidará lo descolocado que se quedó el cocinero cuando Álvarez le preguntó si le gustaban los mejillones con pelos. Y es que, el cocinero le hizo tirar una caja de mejillones congelados y esto le provocó mucha rabia.
La paciencia, los consejos de Chicote y la reforma del local que hizo el equipo de Pesadilla en la cocina tuvieron buenos resultados. Además, para solventar el "mal rollo" entre los empleados, la cocinera y la camarera fueron despedidas. Así, L'Orbayu se convirtió en una de las paradas clave en Las Vegas de Asturias. "Las ventas han crecido y los clientes están satisfechos. La verdad es que las cosas nunca habían ido mal. El problema era el ambiente que había detrás de la barra y en la cocina", señaló por entonces al citado medio.
Era insoportable. Yo estaba amargada, pero Chicote lo cambió todo. Ahora aquí hay armonía
"Él es un encanto, una persona amable, paciente y comprensiva. Solo es duro delante de la cámara. Cuando se marchó tanto él como el resto del equipo se emocionaron. Nos dijeron que habían estado muy cómodos y que el programa había quedado redondo", admitió Álvarez. "No había guion ni nada parecido. Salió lo que pasó, más todo lo que no sacaron, que fue mucho", sentenció.
Cerró sus puertas, pero no por culpa de Chicote
A pesar de este éxito, L'Orbayu acabó cerrando sus puertas meses después. "Que conste que el cierre del local no tiene nada que ver con Chicote y tengo que decirlo, cuando decidimos cerrar el bar, respiré", señaló la propietaria, que se puso en contacto con la productora para comunicar la decisión. "Les expliqué mis razones y lo entendieron perfectamente, me dijeron que lo primero era la salud y que además me contaron que quedaron encantados de haber venido", explicó Álvarez.
La propietaria se mostró satisfecha con su decisión y piensa que a partir de ahora, tendrá más horas para dedicárselas a su familia y recuperar el tiempo "perdido" tras la barra. "No me da tiempo a todo", sentenció Sandra Álvarez.
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