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    'Los 100': Reencuentros y despedidas. Así ha sido el caótico, pero justo, final de la serie

    La ficción apocalíptica de CW se despide de la audiencia después de siete temporadas.

    ¡Atención! Si no vas al día con la serie, no sigas leyendo. Las siguientes líneas contienen grandes 'spoilers'. 

    Aunque resulte imposible decirlo, Los 100 ha terminado. La ficción apocalíptica por excelencia de CW, creada por Jason Rothenberg, ha cerrado con broche de oro su trama después de siete temporadas de caos, apocalípsis, muertes, amores imposibles y fantásticas localizaciones. A continuación, te contamos cómo ha sido ese desenlace de infarto.

    Comienza la cuenta atrás

    Contra todo pronóstico, Emori (Luisa D'Oliveira), Murphy (Richard Harmon), Raven (Lindsey Morgan) y Jackson acaban llegando a Sanctum de nuevo. Esa ciudad que tantos disgustos les ha dado. Consiguen entrar en la enfermería para salvar a la novia de Murphy, aunque pocas esperanzas quedan. Se avecina un trágico momento y cuantos menos sean en escena mejor. Raven se marcha a Bardo para ayudar a sus amigos a parar esta innecesaria guerra. 

    Por otro lado en Bardo, Clarke (Eliza Taylor), Octavia (Marie Avgeropoulos) tratan de parar a Bill (John Pyper-Ferguson) que sigue en su empeño de comenzar la última de las batallas, pero, antes deberá pasar la prueba que le muestre la Anomalía. Aunque las protagonistas hacen lo que mejor saben hacer para llegar hasta él (matar gente), el líder de los Discípulos ya ha comenzado la prueba en la Piedra. En ella se encuentra con Callie, su hija, y que la veremos en el 'spin-off' Anaconda. Evidentemente, no es ella. Es solo una recreación de la Anomalía como la persona que le juzgará en este proceso. Pero, antes de que pueda existir una charla entre padre e hija falsa, Clarke hace su entrada triunfal y dispara al Pastor en la nuca. Uno menos. 

    Mientras tanto, en el búnker, Jordan y Hope se besan, una de las parejas más imprevisibles de la temproada, y se preparan para abrir la puerta de la Anomalía. Todos se sorprenden cuando ven cómo llegan Nikki y el resto de prisioneros de Sanctum, pero fue Raven quien les invitó. Les ayudarán a sacar a Niylah y a Eco del búnker, y luego tratarán de detener al Pastor y distraer a su ejército para ganar tiempo. Jordan trata de desactivar la invisibilidad de los trajes de los Discípulos, pero, tan pronto como salta a Sanctum, cientos de soldados ya están preparados para la guerra y al otro lado se encuentra Indra con el ejército Wonkru. La guerra es inminente

    Una última despedida

    Volviendo a Sanctum, Emori está al borde del colapso. Tan pronto como le sacan la barra del cuerpo, comienza a sangrar por la boca. No hay nada más que hacer. Emori muere, pero Murphy no lo puede creer. Intenta quitarle el disco duro cuando Jackson se niega. Miller dice que probablemente haría lo mismo si Jackson muriera, así que el le coloca el Mind Drive de Emori en la cabeza de Murphy. Lo siguiente es una de las escenas más tranquilas de la temporada, y podría decirse que de la serie. Emori despierta en un lugar muy parecido a lo que fue su hogar y Murphy la acompaña. Rápidamente ella se da cuenta de lo que significa que él esté ahí y le dice que debe dejarla ir y hacer su vida solo. A lo que él responde: "sólo sería sobrevivir, no vivir". 

    Tras la primera despedida del capítulo, ahora es el turno de que Clarke pase la prueba; y quién mejor para hacerle ver que la humanidad no tiene remedio que Lexa. Sí, la gran sorpresa de la temporada. Aunque la protagonista sabe que no es su Lexa de verdad, no le importa y la abraza como si se acabara el mundo ahí mismo. Tras un debate sobre cómo Clarke se ha abrazado al refrán Wonkru de "la sangre pide más sangre", el resultado es que la humanidad está perdida y no hay querra que se pueda evitar. Prueba no superada. Justo cuando Clarke vuelve a la realidad, se encuentra con Raven, que al verla el rostro se da cuenta de que son malas noticias. La ingeniera se niega a asumir que es el fin y se dispone a enfrentarse al juicio. 

    En este caso, su juez es Abby (Paige Turco), la madre de Clarke y uno de sus grandes pilares. A pesar de las súplicas por su parte, Abby le dice que ya que al borde de la exterminación. Se trasladan al campo de batalla donde ve cómo Sheidheda, que permanece escondido, está listo para comenzar esta guerra. El comandante oscuro comienza a disparar justo cuando Levitt, Octavia y Echo se precipitan a la escena. Levitt corre y le ruega a todos que dejen de pelear. "No alcanzamos la trascendencia a través de la violencia", dice. Raven piensa que esto podría ser suficiente para mostrarle al juez que son mejores, pero entonces Sheidheda le dispara a Levitt y se desata el infierno. Abby le dice a Raven que ha fallado la prueba al igual que Clarke y que la raza humana está acabada.

    Y... cuando nadie se lo imaginaba. Octavia ordena bajar las armas y comenzar el diálogo. "Si seguimos matándonos, no quedará nadie a quien salvar", asegura la antigua Blood Reina. Y así, como por ciencia infusa, los Discípulos deciden bajar las armas y la última guerra termina. Raven le dice a Abby que pueden cambiar, sólo necesitan más tiempo. Es entonces, como por arte de magia, Hope comienza a brillar y a levitar en el aire. Octavia dice: "Bellamy tenía razón". De esta forma, uno a uno, los protagonistas comienzan a experimentar la trascendencia y convertirse en energía.

    ¿El final que merecían?

    Todos menos uno: Clarke. Al haber matado a Bill en la prueba eso ha hecho que quede excluida y tenga que vivir esa penitencia de estar sola para siempre. Toma un casco de los Discípulos y viaja hasta Sanctum para ver si hay alguien más. Pero solo encuentra a Picasso, el único perro que ha sobrevivido de la serie. Pero, estono podía acabar así. Como su ángel de la guardia, Lexa regresa para contarle lo sucedido. Ahora que la especie humana ha unido su conciencia, los seres superiores han aprendido mucho sobre ellos; los llaman una "especie curiosa".

    En ese momento, Clarke asume que ella se ha quedado atrás para soportarlo para que ellos no tengan que hacerlo, como ella siempre lo ha hecho. Lexa le revela que la trascendencia es una opción. No sólo eso, es una elección que nadie ha hecho antes. Ahí es cuando Clarke se gira y descubre que Octavia, Raven, Murphy, Emori, Indra, Gaia, Levitt, Jackson, Miller, Niylah, Echo, Hope y Jordan han elegido vivir en la Tierra en vez de elevarse Sin embargo, al ser seres trascendentales no podrán tener descendencia. Serán los últimos seres humanos. 

    Y así es como Rothenberg cierra Los 100. Con un giro espiritual que quizá nadie esperaba, pero que al menos ha dado un final medianamente feliz a la audiencia, tras las numerosas matanzas y muertes de personajes tan importantes como el de Bellamy casi al final de la temporada. Con moraleja o sin ella, la ficción apocalíptica de CW se despide de sus seguidores hasta el 'spin-off' Anaconda. ¡Qué volvamos a vernos!

     

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