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    'Misa de medianoche', el proyecto más personal de Mike Flanagan que no pensó que pudiera hacer
    Alicia P. Ferreirós
    La vida con Amazon, Netflix, HBO o Disney+, la vida mejor. Le gusta perderse en los catálogos en busca de nuevas obsesiones y joyas escondidas.

    El creador de 'La maldición de Hill House' y 'La Maldición de Bly Manor' ha estrenado nueva serie hoy en Netflix. Prepárate para temblar.

    El creador de La maldición de Hill House y La Maldición de Bly Manor ha estrenado nueva serie de terror hoy en Netflix, Misa de medianoche, así que prepárate para temblar porque Mike Flanagan ha puesto toda la carne en el asador para un proyecto muy personal que lleva en su cabeza mucho mucho tiempo, pero que nunca pensó que pudiera hacer. El creador los tres títulos y también director de Doctor Sueño comenzó a darse cuenta de las connotaciones terroríficas que podría albergar la religión cuandolo tan solo tenía 10 años y era un monaguillo en la iglesia de Governors Island, una de las islas de la bahía de Nueva York.

    Según ha explicado él mismo a Entertainment Weekly profundizando sobre todo el proceso creativo Misa de medianoche así como de cuánto de su experiencia personal hay en la nueva serie, cuestiones como lo de beberse la sangre y comerse el cuerpo de Cristo han estado "rondando su cabeza" durante mucho más tiempo del que puede imaginar, así como las primeras ideas de desarrollar un proyecto de terror en torno a la iglesia. Es sí, la primera vez que "Midnight Mass" -título en inglés de la ficción-  apareció en su trabajo fue mientras rodaba la película Hush en 2016, en la que el personaje de Kate Siegel, su esposa en la vida real, escribía su primer 'bestseller' y se llamaba precisamente de esa manera.

    El proyecto, ya antes de ser proyecto, había adoptado numerosas formas. "Era una película, era una novela, era una serie", recuerda Siegel. Por su parte, el socio habitual de Flanagan, Trevor Macy, también recuerda haber visto un primer guion-borrador en 2013, mientras trabajaban en la película Oculus. El espejo del mal. Desde el primer momento ambos se dieron cuenta de que la historia era demasiado larga, así que surgió la idea de la serie, aunque nadie quisiera comprarla.

    Siempre pensé en esto como el mejor proyecto que nunca haría

    "Siempre pensé en esto como el mejor proyecto que nunca haría", explica Flanagan a Entertainment Weekly. Así que, durante años, se dedicó a incluirlo cuando podía a modo de 'easter-egg' personal en los proyectos que sí tenía la suerte de llevar a cabo. Hush fue el primero, sí, pero también tuvo su pequeño momento de gloria en El juego de Gerald.

    La oportunidad definitiva para sacar adelante el proyecto que siempre quiso hacer llegaría de la mano de Netflix y ahora ya es una realidad en la plataforma. Para Flanagan es como un sueño hecho realidad, pero también confiesa que la historia que narra en ella es mucho más personal de lo que los espectadores hubieran podido imaginar. En una carta que Flanagan escribió a los críticos, según publica Entertainment Weekly, se reconoció a sí mismo como un ex alcohólico que llevaba tres años sobrio y que había enfrentado algunos de sus fantasmas mientras se dedicaba a contar esta historia.

    En la serie podemos conocer a Riley (Zach Gilford), un vecino de la pequeña localidad en la que transcurre, Isla Crockett, que cumplió pena de cárcel en el pasado tras haber atropellado mortamente a alguien mientras conducía borracho. El protagonista nunca ha podido recuperarse del suceso, que le atormenta, y comienza a encontrar consuelo en el nuevo sacerdote que acaba de llegar al lugar, el Padre Paul (Hamish Linklater) con quien mantiene interesantes conversaciones sobre la fe y la adicción al tiempo que comienzan a ocurrir en el lugar extraños acontecimientos que algunos consideran milagros, pero que parecen adelantar la llegada de algo peor.

    "No sé cuánto tiempo podría haber pasado sin escribirlo", explica Flanagan. "Hay algo muy natural que sucede, que es que, si escribes algo que se aproxima de puntillas hacia algo muy personal, te encuentras vomitando todo tipo de cosas. Me pasó con Hill House de una manera bastante grande. Sucedió con Bly Manor. Sin embargo, esta fue la historia que siempre quise contar". Según el guionista y director, no hubiera podido hacerlo en 2014, si aunque le hubieran dado la oportunidad, porque todavía no estaba sobrio.

    Podía escribir sobre alcoholismo, pero no podría haber escrito sobre sobriedad, no de forma inteligente al menos. Es de lejos lo más personal en lo que he tenido la suerte de trabajar

    "Lo que lo hizo emocionante, y daba un poco de miedo y era incómodo también, es que realmente quería asegurarme de que estaba poniendo en juego los dos lados del tablero con tanta pasión como me fuera posible", explica Flanagan. Para él, cada uno de los personajes represeta directamente partes de sí mismo que "están en constante debate y desacuerdo entre ellas".

    Mantener conversaciones con mis propios yo a lo largo de los 11 años que llevo sumergido en esta historia es lo que lo hace especial para mí. No creo que tenga la suerte de tener la oportunidad de experimentar algo así con ningun trabajo

    La primera temporada de Misa de medianoche ya está al completo en Netflix.

     

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