No hay nada que una más a dos completos desconocidos que comprobar que veían lo mismo cuando eran pequeños. Es empezar a hablar sobre series y películas de la infancia y dejarse llevar por una conversación que puede durar horas. Ay, la nostalgia, qué bonito espacio en el que quedarse de vez en cuando.
Algo aún más bonito que ver lo mismo en la infancia es haber jugado a lo mismo. ¿Que resulta que tú eras el Power Ranger rojo y ese chico que acabas de conocer era el negro? Amigos de por vida. ¿Que recreábais las luchas de Dragon Ball con la misma pasión que un saiyan real? Ya tienes una excusa para pasar toda la tarde hablando de los mejores villanos del anime.
El cine y la televisión unen. Si siendo adultos nos sentimos invadidos en sensaciones al ver una historia que nos ha gustado, ¿recuerdas cómo era descubrir -casi siempre de manera accidental haciendo ‘zapping’- una película o serie que te fascinaba desde el primer instante? No había un sentimiento mejor.
La redacción de SensaCine ha hecho un poco de memoria y ha recopilado todas esas series y películas a las que jugábamos siendo niños, en el recreo o en el parque al volver del colegio.
'Titanic' (1997)
Sara Heredia
¿Se puede jugar a una película? Es más, ¿se puede jugar a una película como Titanic teniendo apenas 7 años? Sí, se puede. Al menos es a lo que nos dedicábamos mis amigas y yo todas las tardes después del colegio. La historia de Rose y Jack pegó muy fuerte en mi entorno y, si no estábamos viendo la película -ojo, dura más de 3 horas-, estábamos jugando a recrearla. Nos sabíamos todos los diálogos y todas las escenas que tienen lugar en el naufragio del transatlántico y lo demostrábamos cada tarde.
En 3 horas y 15 minutos tienen lugar muchos momentos míticos y no recreábamos todas las secuencias de la cinta, sino que nos centrábamos en las que más nos gustaban. El baile en tercera clase, el romántico momento de ‘Jack, estoy volando’ o la mítica escena de la mano en el coche no podían faltar. Pero no, ni hacíamos que nos ahogábamos ni nos quedábamos dormidas esperando la muerte como la pareja de ancianos que se ve en el momento más triste de Titanic. Preferíamos ignorar las 1.500 víctimas que provocó la tragedia y centrarnos en la historia de amor de Leonardo DiCaprio.
Se puede ver en: Disney+
'Caballeros del zodiaco' (1986-1989)
Tomás Andrés
Recuerdo -hasta la popularización de Dragon Ball en las autonómicas- como Los Caballeros del Zodiaco era el anime de la E.G.B. por antonomasia. Todos los chavales de la época estaban deseando llegar a su casa y sintonizar Telecinco (la serie se emitía dentro del contenedor infantil Superguay) para merendar y disfrutar de las aventuras de Seiya y los Caballeros de Bronce. Unos capítulos de poco más de veinte minutos cargados de violencia y acción, pero también de valores como la amistad, el amor y el honor.
En mi colegio, como buenos niños flipados, jugábamos a Los Caballeros del Zodiaco. Al ser una serie con tantos personajes protagonistas donde elegir, no había demasiado problema en representar a tu favorito en el recreo. En mi caso siempre jugaba haciendo el papel de Hyōga de Cisne: un personaje con un pasado tormentoso, que quiere dar la impresión de ser un tipo frío y distante y se esconde bajo una máscara de chulería y algo de prepotencia. Sin embargo, es un joven de gran corazón y da todo por salvar a sus amigos y a Atenea. Los movimientos y técnicas para invocar el cosmos en la serie (meteoros de Pegaso, polvo de estrellas, explosión de galaxias…) daban mucho juego en los patios de todo el país. Luego hay otros que sufrían con el Real Madrid de Benito Floro o el Atlético de Luis Aragonés, y preferían pasar el rato libre dando patadas a un balón. Siempre habrá gustos para todo.
'La playa' (2000)
Andrea Zamora
En los veranos de mi infancia en casa de mis primos se confabulaban una serie de cosas. Primero, mi tío tenía una colección de películas que envidiaría cualquier cinéfilo. Segundo, nuestros padres se relajaban bastante con respecto a las recomendaciones por edades. Tercero, el ‘crush’ que teníamos con Leonardo DiCaprio por entonces era, ahora que lo pienso en retrospectiva, excesivo. Todo esto nos condujo a mis primos y a mí a ver La playa, dirigida por Danny Boyle y con DiCaprio como protagonista. Y, si dudas de que un grupo de niños pueda convertir ese filme en un juego, ahora te cuento cómo puedes conseguirlo.
La playa, a nuestros tiernos ojos, era la historia de una pandilla de amigos encontrando un paraíso escondido. Y había que seguir una serie de pistas y pasar pequeñas pruebas para encontrar ese idílico lugar. Si has visto la película, ¿recuerdas el momento en el que los protagonistas se lanzan desde una cascada? Pues eso recreábamos en la piscina. Cada vez le tocaba a uno de nosotros ser Francoise (Virginie Ledoyen), la chica que se convierte en la novia del Richard de DiCaprio en el filme y que es la valiente que se lanza primero al agua. Y para ambientarlo todo poníamos una manguera para que hiciera de cascada. “¡Tiraros! ¡No hay peligro!”, gritaba después de zambullirse la Francoise de turno. Después, los que quedábamos fuera nos lanzábamos a la piscina. A uno le tocaba también hacer que se ahogaba y los demás le salvábamos. ¡Así de fácil! Como ves, los dramas que experimentaban los personajes una vez dentro del paraíso no existían para nosotros.
Se puede ver en: Disney+
'The Mummy' ('La momia') (1999)
Ana Lasso
La película de The Mummy (La momia) fue mi primera toma de contacto con el cine de aventuras, y como buena peliculera que soy, cada día recreaba esta película sola, con mis amigas o con mi familia. A todos les tenía reservado un papel en esta trama de cazatesoros, magia ancestral y templos en ruinas. Evidentemente yo me reservaba el papel de la increible Rachel Weisz, quien daba vida a Evelyn, una joven bibliotecaria que vivía en El Cairo junto a su hermano y que un día encuentra una objeto clave que le dará una pista para dirigirse a la ciudad perdida de Hamunaptra.
Cuesta imaginar que con 8 años vas a viajar a Egipto y vas a descubrir la nueva tumba perdida de uno de los faraones y faraonas más importantes de la historia, pero con La momia todo era posible. Tengo que reconocer que siempre me ha apasionado Egipto y todo lo que tuviera que ver con su historia, por lo que no me resultaba muy difícil trazar cualquier plan para dar rienda suelta a mi imaginación con esta película. Aunque pueda parecer un título algo violento o tétrico, yo disfrutaba de lo lindo creyéndome capaz de leer mi propio libro de los muertos y de los vivos y escapar de un sacerdote disfrazado de momia con cuatro tiras de papel higiénico. ¡Una buena dosis de fantasía nunca hacía daño!
Se puede alquilar en: Apple TV+, Microsoft, Rakuten TV, Google Play, Prime Video
'Celia' (1993)
Lourdes De Paredes Rincón
En 1993 se estrenó la serie Celia en TVE, basada en las conocidas novelas de Elena Fortín y adaptada a televisión por la escritora Carmen Martín Gaite. La ficción gozó de gran fama desde su estreno, pero, por increíble que parezca, solo tuvo seis episodios por falta de fondos en la cadena pública. La protagonista es una niña de 7 años, que pertenece a la alta burguesía madrileña en el contexto de los años 30. Irreverente, caprichosa, creativa, risueña… La joven es ante todo una niña, pero con mucha personalidad y un sinfín de travesuras en su día a día.
¿Y por qué me dio por imitar a una niña de 7 años que no era precisamente la encarnación de las buenas formas? Porque cuando se estrenó Celia yo tenía la misma edad y me divertían las ocurrencias de aquella joven de la pantalla. Recuerdo ir a casa de una amiga después de haber visto un capítulo y comportarme como si fuera la reencarnación de la protagonista. Hasta el punto de que mi amiga me miraba desconcertada y terminó por decir a su madre que aquel día no quería jugar conmigo. Imagino que yo tampoco estaba por la labor de jugar con nadie, porque bastante tenía con mis propias adaptaciones mentales en mi mundo de fantasía.
Se puede ver en: RTVE Play y Flix Olé
'Campeones' (1983-1986)
Beatriz Lucas
A mi cole de monjas donde todas éramos chicas, la pasión por el fútbol nos la trajeron en 7º de EGB Oliver y Benji, es decir Campeones. Corría 1990 y este anime, que seguía los triunfos de un equipo de fútbol infantil hasta que se convierte en profesional, llegaba a una Telecinco recién nacida tras vivir un éxito sorprendente en Japón donde el deporte rey hasta entonces había sido el béisbol. El origen de Campeones fue un cómic titulado Captain Tsubasa en 1981 y adaptado a la tele en 1983. Y la serie en España desató pasiones, hasta el punto de llegar a congregar un 28% de share ante la pantalla cada tarde a las 20.15. Y en mi cole la cosa no fue menos: cada recreo de 30 minutos, como en la serie, era un capítulo, y cada una mantenía sus roles fijos y emulábamos las mejores jugadas, como la flipante catapulta infernal de los Derrick: Mariana (el pivón de la clase), era Mark Lenders y emulaba su tiro de tigre, y Ana María, la rebelde (y la mejor jugando al fútbol), Oliver Atom y como él nunca se despegaba de su inseparable balón, que al protagonista de la serie le había salvado la vida de un atropello. Benji Price, el mejor portero de todos los tiempos, era Laura, que empezó a llevar desde entonces una gorra roja al cole cada día.
Los recreos eran pura pasión futbolera, y la hora antes de la cena, fervor total para ver lo que nos iba a tocar hacer al día siguiente. Todavía me despierta un gusanillo en el estómago pensar en el “Allá van con el balón en los pies, y ninguno los podrá detener…” y luego ese eterno verde del campo de fútbol en total movimiento, y ese drama constante, en el que vimos incluso morir en directo a uno de los chicos de un infarto, porque daba igual que tuviera una cardiopatía, morir por el fútbol merecía la pena. En realidad yo, como era malérrima al fútbol, me quedaba siempre como actriz de reparto, vamos, que cada dia era uno. Eso sí, siempre recordaré que el día que me bajó la regla, mi madre me miró con gran intensidad, modo Campeones y disparó a puerta: “Hija, se acabó el fútbol en el recreo”.
'V' (1983-1985)
Beatriz Lucas
Los roles estaban repartidos desde el primer día. La malvada Diana era la que tenía la melena más rizada de la clase, Julie, la divina, y a mí, como intrépida y rebelde ya desde los 7 años me tocó el periodista y líder de la resistencia, AKA pantalones-prietos-soy-lo-más, Mike Donovan. Porque mi cole en el recreo en aquel 1985 se transformaba en el escenario de la terrible invasión alienígena de V (los Visitantes) a limpio tiro de rayo láser y ratones como alimento fundamental -incluso los vendían de gominola y usarlos como atrezzo nos daba la excusa perfecta para apretarnos unas chuches en el recreo- La trama era apasionante: unos extraterrestres con apariencia humana -pero lagartos en realidad- y de estética y actitudes nazis, tomaban la Tierra con buenas maneras, palabras y sonrisas. Lograban sus aliados entre los industriales ricachones y después empezaban a criminalizar a científicos primero, y luego todo aquel que no fuera lo suficiente sumiso, modo ghetto de Varsovia pero en las grandes capitales de EEUU.
La serie que en un visionado posterior se revela como bastante naive aunque con un contenido más político del que recordaba fue creación de Kenneth Johnson, guionista de series como El hombre de los seis millones de dólares, o El increíble Hulk. Y entre sus protagonistas con Robert Englund antes de que nos atemorizara como Freddy Kruger en Pesadilla en Elm Street, Michael Ironside (Desafío total) y Richard Herd (Todos los hombres del presidente) como el líder de los visitantes. La serie fue un bombazo en la época, y aunque trataron de reeditar su éxito en los 90 no lo consiguieron. Hoy lamentablemente sus tres temporadas (7 episodios, 3 y 19) no está disponible en ninguna plataforma. (aunque tengo el freak-DVD ¡ja!).
'Sailor Moon' (1992-1997)
Alicia P. Ferreirós
Lo de jugar a Sailor Moon en el recreo del colegio tenía más que ver con un rollo tipo qué miembro de las Spice Girls eras que jugar realmente a la serie en cuestión, pero es la primera que se me viene a la cabeza cuando pienso en las ficciones que nos gustaba recrear cuando sonaba el timbre y salíamos al patio. Ni idea de qué cadena emitía el anime –basado en el popular manga homónimo, aunque entonces no tuviéramos constancia de ello- en España, pero la realidad es que hace 30 años era una de las series de animación más populares por su mezcla de historia de aventura y fantasía (con poderes incluidos) con un estilo romántico ‘teen’ y dinámicas de instituto.
El juego siempre empezaba igual: Elegir qué personaje de Sailor Moon eras. El asunto tenía su debate, puesto que las que “molaban” principalmente eran dos –la propia Sailor Moon claro, pero también Guerrera Marte, que era algo así como la Vegeta de esta serie- y las queríamos elegir todas. Para cuando comenzábamos a jugar, apenas nos daba tiempo a reproducir nuestras respectivas transformaciones. Ahora me pregunto por qué al día siguiente no empezábamos por dónde lo habíamos dejado.
'Power Rangers' (1993-1995)
Lorena Vialás
Qué de inspiración nos han dado siempre las series y películas a la hora de pensar nuevos juegos. Fueron varias las ficciones que, en mi grupo de amigos, nos dieron material para pasar horas y horas de diversión: Los vigilantes de la playa, Cosas de hermanas, Sailor Moon... Pero si hay una que recuerdo con especial cariño esa es Power Rangers. Y la recuerdo con nostalgia porque me hace viajar a esos veranos eternos donde no había preocupaciones, solo diversión a todas horas.
¡A metamorfosearse! Así empezábamos nuestra propia versión de la mítica serie de los 90 -titulada en su versión original Mighty Morphin Power Rangers. Nuestra propia versión, porque por regla general solía faltarnos algún miembro del equipo. Y es que al menos uno tenía que “pedir ser el villano” de la jornada. Yo, que por aquella época tenía cierta animadversión hacia el rosa, curiosamente solía ser Kimberly -la Power Ranger que lucía el traje de ese color que tan poco me gustaba. Creo que era porque siempre he tenido una “conexión” especial con los personajes que llevan ese nombre. ¡Era súper divertido! Empezábamos haciendo que estábamos en mitad de una clase, cuando recibíamos la llamada de Zordon, para acudir a una nueva misión contra las criaturas enviadas por la malvada Rita Repulsa. Entonces nos “metamorfoseábamos” y empezábamos a luchar, a dar patadas al aire, como si de verdad la supervivencia del planeta estuviera en nuestras manos. Y cuando nuestros enemigos aumentaban de tamaño, nos metíamos en nuestros Dinozords o convocábamos al enorme Megazord. ¡Qué recuerdos!
'Monster Rancher' (1999-2000)
Custodio Guerrero
Obviamente, los recreos de mi infancia se basaban en jugar a Pokémon, ya sea con la Game Boy de un amigo o tirando de la imaginación para sacar a nuestros pokemons en medio del patio. Pero también jugábamos a Digimon y a Monster Rancher, ésta última una de las series de animación que más se me ha quedado grabada en la retina por su símil con las otras ya mencionadas.
La serie de animación Monster Rancher tenía la misma premisa que Pokémon o Digimon. Un niño es transportado a un mundo alternativo donde habitan varias criaturas de las que se puede hacer amigo. Y existen, además, unos discos misteriosos que contienen monstruos. Así que si teníamos un discman, era el momento de jugar a Monster Rancher metiendo discos sin ton ni son.
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