Trileros

Julio (Juanjo PuigCorbé, Amar es para siempre) y Augusto (Juan Echanove, Cuéntame cómo pasó) se consideran unos desgraciados, la suerte nunca les ha sonreído y su vida no resulta ser como ellos pensaron. Julio está en el paro, antes trabajaba en el cine dedicándose a la realización de las escenas que los actores se negaban a hacer, aquellas demasiado arriesgadas y peligrosas. Augusto lleva una vida más tranquila, trabaja recorriendo las calles en su taxi desde tiempos inmemorables.

La desesperación por cambiar su vida y conseguir algo mejor, les lleva a aceptar un trabajo ilegal con el que podrán ganar un millón de euros. Se trata de una complicada operación en Perpigan a la que les acompañarán el suegro de Augusto, que tiene una extraña enfermedad senil bastante peculiar y Lola, una prostituta. Las cosas no parecen ir mal, pero los problemas llegarán cuando una banda mafiosos traficantes se cruce en su camino para pararles los pies y evitar así que los pobres desafortunados consigan su ansiada recompensa.