La diversidad de historias, la aparente no conexión entre ellas, la hace muy interesante. Llama la atención, que para ello, se empleen el uso de muchos idiomas, sin tener que forzar a que todo el mundo hable en inglés. Haciendo la analogía con la historia bíblica de la Torre de Babel (algo que se expande por toda la película
Se convierte en muy poética, lenta, a la par que intrigante dentro de esa lentitud.
El concepto de pasar de pastores en Marruecos, a niñas sordomudas en Japón, o a turistas americanos en secuencias y con consecuencias entrelazadas, no con historias separadas en las que hubiera un claro final.
Me impresiona la calidad en la combinación de escenarios, emplazamientos, idiomas, gente diferente, mezclas de culturas, músicas, puestas en escena, y actuaciones.
Llego a la conclusión de sentirla como una alegoría de la pobreza, de la desgracia y la tristeza, así como de la inocencia o pérdida de la misma de niños tan diferentes, en lugares del mundo tan separados.
Destacó dentro de ese guión entrelazado, la desesperación de Brad Pitt