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    Triple 9
    Críticas
    3,5
    Buena
    Triple 9

    El poder del perro

    por Violeta Kovacsics

    Unas horas después de escribir unas líneas sobre Triple 9 en las que me refería a los sonidos de metal de las pistolas y rifles, de los coches y camiones, un amigo me comentaba que lo que más le gustó de este thriller de John Hillcoat era precisamente su banda sonora. Es curioso, cómo una película logra acumular su masa musculosa en los oídos en vez de en la imagen. Aunque quizá, antes de hablar de los ruiditos, del amalgama sonidos que describen a la perfección el espíritu tenso y violento de un thriller sucio y urbano, cabría apuntar que Hillcoat no es un extraño en el gusto por la banda sonora: en La carretera, el filme postapocalíptico con el que adaptó la novela homónima de Cormac McCarthy, el cineasta contó con la partitura de Nick Cave y Warren Ellis; operación que repitió en The Proposition, con guión precisamente de Cave. En Triple 9, la música corre a cargo de Atticus Ross, el mismo que firmó el ritmo frenético de los títulos de crédito, planteados como si se trataran del videoclip de un tema de Ross, Trent Reznor y Karen O, de Millenium, de David Fincher.

    Los golpes a los oídos en Triple 9 definen perfectamente el cambio de tercio en el que se ha embarcado Hillcoat, que ha pasado del paisaje abierto y natural de su filme apocalíptico y de su western a una película esencialmente urbana. El lugar es Atlanta, una ciudad irreconocible, cruenta, nocturna, sucia por dentro y por fuera. Como en Plan oculto, de Spike Lee, lo mejor del filme es su descripción de un golpe: cuando un grupo de criminales asalta un banco para hacerse con una caja fuerte particular. A partir de aquí, Hillcoat y su guionista despliegan un abanico de personajes totalmente dispares, que se van encontrando constantemente.

    La descripción de los bajos fondos de Atlanta que hace Triple 9 se convierte en un enrevesado entramado, digno de la complejidad narrativa de El poder del perro (el mejor thriller que ha dado la literatura noir reciente): aquí hay lugar para policías corruptos, alcohólicos y aprendices, para bandas latinoamericanas en las que encontramos adolescentes y criminales tatuados hasta el cuello, para una líder del crimen organizado rusa y kosher, con soberbia y con las facciones de Kate Winslet. Así se compone un retrato de la corrupción, que se abre para señalar que esta no pende de un individuo o un hecho concreto, sino que es algo sistémico.

    A favor: Su músculo, de metal.

    En contra: Algunas escenas, excesivamente opacas.

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