Santitos

Esperanza ha sufrido a lo largo de sus 35 años de vida diversos varapalos que han mermado su felicidad, entre ellos, la irreparable pérdida de su marido. Un nuevo golpe sacudirá su devenir cuando su única hija, blanca, muere en un hospital mejicano. Al parecer, una enfermedad rara ha sido la causante de la muerte, hecho por el cual no se le permite a la madre siquiera reconocer el cadáver.

Será entonces cuando decida enfrentarse a la muerte recluyéndose en su inquebrantable fe y en los milagros de San Judas Tadeo, al que siempre se ha encomendado y en quién confía para que obre un milagro. El santo se aparecerá en distintas ocasiones a Esperanza y le señalará el camino para poder reencontrarse con su hija. Este asombroso hecho provocará que la protagonista se arme de valor y deje atrás el pueblo en el que siempre ha vivido y para emprender la búsqueda.