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    The Boy
    Críticas
    3,0
    Entretenida
    The Boy

    ¿Muñeco? ¿Niño?

    por Israel Paredes

    En diez años William Brent Bell ha realizado cuatro películas en las que, siempre dentro de los contornos del terror, ha buscado variaciones: del slasher a partir del videojuego en Stay Livei (2006), a posesiones demoniácas en Devil Inside (2012), pasando por Wer (2013), mockumentary de terror, en este caso, con hombres lobos de por medio. Dejamos fuera Sparkle and Charm, su debut en 1997, dado que no se inscribía dentro del terror. Esta diversidad de acercamientos está también presente en The Boy (2016) en dos maneras. La primera, porque supone un nuevo intento por parte de Brent Bell de seguir trabajando dentro de los contornos del género pero por otros derroteros diferentes a las anteriores y, en segundo lugar, dentro de la propia ficción de la película dadas las variaciones internas de la narración.

    El planteamiento de The Boy es simple: Greta (Lauren Cohan), es una joven norteamericana que llega a una gran mansión inglesa, huyendo de un incidente reciente, para trabajar de niñera del hijo de un matrimonio, quien está a punto de realizar un viaje. La sorpresa aparece cuando se encuentra que el hijo, en realidad, es un muñeco a tamaño real. A pesar de la extrañeza permanece sola en la casa con él, y a partir de ahí se irán sucediendo acontecimientos que harán a Greta dudar si, quizá, el muñeco esté vivo de alguna manera.

    Por supuesto, lo anterior es simplemente una parte de lo que narra The Boy, porque según avanza la acción la película irá variando, jugando con terror sobrenatural y, finalmente, con elementos del thriller cercano al slasher. Brent Bell, en un primer momento, establece un contraste entre la joven norteamericana y el mundo inglés, estricto y rígido, del matrimonio e, incluso, del hijo/muñeco, sujeto todo a unas reglas para, después, introducirse en cuestiones psicológicas con respecto a Greta y su pasado traumático, que tiene mucho que ver con su nueva situación. Después, una vez resuelta cierta cuestión, para dar un giro a la película que es tan efectista como efectivo. Así, The Boy transcurre sin un punto fijo, lo cual ocasiona que no tenga la solidez necesaria para haber sido mucho más interesante, pero a su vez supone un entretenido juego que, además, está recorrido por un cierto humor soterrado.

    Aunque algunos elementos puedan ser predecibles, se tiene la sensación que a Brent Bell y a su guionista, Stacey Menear, es algo que no les importaba demasiado: lo relevante en la película es cómo todo va avanzando hacia una resolución que, en el fondo, aunque escondida, siempre ha estado ahí. Y el recorrido es entretenido incluso jugando con unas cartas que ya conocemos y que sus responsables parecen tener en cuenta, de ahí el tono desinhibido de una película que apuesta por entregar un entretenimiento bien armado, con algunas muy buenas ideas en la puesta en escena y no pocos golpes de efecto.

    Lo mejor: No intenta ser en ningún momento otra cosa que una película de suspense y de terror con el objetivo de entretener.

    Lo peor: Los pasajes oníricos de Greta y el peso a estas alturas de tantas películas anteriores tan parecidas…

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