La novena entrega del Snyderverse continua el arco de Wonder Woman tras los sucesos de la cuarta película de esta saga. Zack Snyder regresó como productor tras estar ausente en las dos entregas anteriores y Patty Jenkins volvió para dirigir por segunda vez a la icónica heroína. Wonder Woman 1984 es una secuela que está un poco a la altura de su predecesora debido a que tienen más argumento que acción, pero tiene sus cosas positivas y una reflexiva moraleja sobre aceptar la verdad. La primera mitad de la película se toma su tiempo para contar lo que sucede y uno se puede aburrir fácilmente si espera ver bastante acción. Lo que está haciendo es ir desarrollando el concepto de la misteriosa gema Dreamstone y los intento de Diana por encontrarla. Este objeto y su poder son lo que la película usa para dar su mensaje sobre aceptar la verdad usando la idea de los deseos. En un momento de la película se hace mención del relato The Monkey's Paw cuyo mensaje trataba sobre tener cuidado con lo que se desea. Todo empieza cuando Diana, sin tener conocimiento sobre la Dreamstone desea tener a Steve Trevor de regreso. Ella estuvo continuando su vida 70 años después de los sucesos de la cuarta entrega y aprendió a adaptarse al mundo exterior. Pero aún sigue extrañando a Steve al ser el único hombre que ha amado. Su deseo de volver a estar con él se cumple cuando el alma de Steve regresa en el cuerpo de otro hombre. Algo que hace que Diana vuelva a sentirse feliz, pero más adelante descubre que ese deseo tiene un costo. Otra persona que le pide un deseo a la Dreamstone de forma ingenua es Barbara Minerva. Ella es una mujer insegura y tímida que desea tener la fortaleza de Diana y obtiene lo que quiere. Barbara se vuelve más fuerte, desarrolla más actitud y es más respetada. Pero se aferra tanto a su nueva imagen que se niega a soltarla y la corrompe. A lo largo de la película se ve como va evolucionando hasta convertirse en Cheetah. Al ser la rival de Wonder Woman en los comics, incluirla en la película fue necesario. Hay un buen desarrollo en cómo Barbara pasa de ser la amiga de Diana a su enemiga. El personaje más importante de la película es Max Lord, al ser quien se apodera de la Dreamstone y se fusiona con ella para ser poderoso. Las motivaciones son debidas a que Max Lord ha tenido un duro pasado en el que siempre fue infravalorado. Ahora es un hombre lleno de ambiciones que está en la quiebra y usa la Dreamstone con esperanza de obtener lo que siempre quiso. Max Lord aprovecha ese poder para concederles deseos a las personas y obtener algo a cambio. Max va ascendiendo con este poder, pero termina provocando un efecto domino que va desatando el caos en la sociedad. Todo cobra sentido al descubrir que la Dreamstone fue creada por el dios Dolos alias Duke Of Deception. Este personaje también suele ser enemigo recurrente de Wonder Woman en los comics y Max Lord se ha convertido en su reencarnación al fusionarse con la Dreamstone. Lo que Max va desatando hace notar bastante la idea sobre tener cuidado con lo que se desea. Le va dando a todos lo que quieren, pero eso provoca un efecto que va afectando a los demás. Anteriormente, se planteó esta idea en la película Bruce Almighty con la moraleja de que no se le puede dar a todo el mundo lo que quiere. En Wonder Woman 1984 es mucho más explícito porque si se cumplieran todos los deseos de todo el mundo, puede provocar una reacción en cadena que perjudicando a los demás. Eso alteraría el orden social que mantiene una cierta estabilidad y daría lugar a un desorden caótico. Que la Dreamstone haya estado presente en antiguas civilizaciones que desaparecieron era una advertencia de lo que se vendría. El cómo esta idea de los deseos se vincula con lo de aceptar la verdad se aclara cuando Diana se da cuenta de que Steve ya no está vivo y debe aceptarlo. Ella no puede seguir aferrada a su viejo amor por más que quiera porque se estaría negando a aceptar que ya no está vivo. Si amas algo, debes aprender a dejarlo ir y eso es lo que Diana debe hacer. Esa es la verdad que debe aceptar y también debe hacerle ver a los demás que no siempre se puede obtener lo que más se desea sin considerar las consecuencias. Es una realidad que debe aceptarse y que de nada sirve desearlo todo si sacrificas aquello que realmente importa. La ambición de Max Lord hace que deje a un lado a su amado hijo Alistair, la persona que lo valora como figura paterna. Max Lord debe entender que no necesita tenerlo todo y probar que es un ganador cuando ya tiene a alguien que lo ama tal y como es. A veces lo más valioso ya lo tenemos enfrente y no nos damos cuenta hasta que lo perdemos. Esa es la verdad que la película enseña y que se debe aceptar. Diana ya no tiene a su amado Steve con vida, pero hay más personas valiosas que ella puede amar y proteger. Se puede decir que la película tiene una muy buena historia con un buen mensaje. Ya ni parece casualidad que la película se haya hecho ambientada en los años 80. Es una época bastante nostálgica que algunos desearían volver a vivir, pero es algo que ya paso y que hay que aprender a dejar ir. Como la saga ha ido representando la evolución de la imagen del héroe desde la mitología hasta la cultura popular, esta entrega ya sería una metáfora sobre el paso de los superhéroes por la era televisiva. Eso es debido a su tonalidad que similar al de las series familiares de superhéroes que a veces dejaban una moraleja para los más jóvenes. Actúa como una película más familiar y como un episodio de una de serie de televisión. La película prioriza bastante la narrativa y evolución de los personajes. La acción queda para mucho después cuando Diana tiene que combatir. La verdad es que vale la pena ver todo este desarrollo para al fin ver a los héroes enfrentarse a los antagonistas. Eso hace que los personajes se sientan más humanos y no solo como personajes de comics. Los actores principales son bastante buenos y Gal Gadot es quien le da bastante vida a la película como la anterior. Hay una buena preparación narrativa para al fin verla combatir con su deslumbrante armadura dorada. Cuenta con muy buenas escenas de pelea, no se descarta para nada los efectos especiales y la banda sonora de Hans Zimmer también es buena, aunque algo liviana comparada con la partitura de Rupert Gregson-Williams. Para terminar, Wonder Woman 1984 es una película bastante buena y reflexiva a nivel narrativo. No es la obra épica que fue la cuarta película de esta saga, pero es un capítulo ambientado en otra época donde explora de manera acertada la humanidad de su protagonista. Mi calificación final para esta película es un 9/10.