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    Sorry We Missed You
    Críticas
    4,0
    Muy buena
    Sorry We Missed You

    Loach entrega un mensaje urgente: el neoliberalismo se combate con neorrealismo

    por Manuel Piñón

    Ken Loach lleva más de medio siglo haciendo películas en cine y televisión. Salvo alguna excursión internacional o algún filme histórico muy puntual, se ha dedicado a retratar con la mayor fidelidad la realidad social de la clase trabajadora británica. Que después de tanto tiempo, a sus 83 años, siga encontrando motivos para colocarse detrás de una cámara dice mucho de su inalterable compromiso, pero como espectador de largo recorrido de su filmografía resulta desalentador. Sus personajes han pasado de padecer las secuelas del thatcherismo a sufrir los estragos del neoliberalismo salvaje, sumidos en una depresión pandémica. La diferencia es que, a diferencia de aquellos currantes de Riff Raff o Lloviendo piedras, que encontraban un mínimo consuelo en la solidaridad entre compañeros, en 2019 los protagonistas de Sorry We Missed You ni siquiera pueden sentir nostalgia por los derechos perdidos: el sistema les ha convencido de que son los únicos culpables de su fracaso.

    Como suele ser norma en las películas de Loach, especialmente desde que el guionista Paul Laverty y él establecieron su colaboración en La canción de Carla (1996), la experiencia de un personaje anónimo sirve para radiografiar asuntos complejos. En este aspecto, Sorry We Missed You aborda la economía de la precariedad siguiendo a un padre de familia que se establece como falso autónomo en una de tantas empresas de mensajería que han surgido con el auge del comercio online. En un mundo sin gastos de envío, este hombre descubrirá tras un par de jornadas extenuantes de reparto que sí hay alguien que paga el coste. Que ese trabajo afecte a la vida doméstica, llevando al límite las relaciones con su mujer y los dos hijos de la pareja, viene dado con el desarrollo de la trama.

    Hablar de Sorry We Missed You como una película que denuncia la situación de semi-esclavitud que han propiciado las start-ups tecnológicas es quedarse corto. Aunque algunas veces Loach haya pecado de reduccionista, en pocas ocasiones como esta ha hablado de tantas cosas sin quitar el foco del tema que le sirve de punto de partida. Es un filme sobre la precariedad de los empleos de nuevo cuño, pero Sorry We Missed You es probablemente una de las que con más énfasis alarma sobre la quiebra del contrato social. No hay rastro alguno de las concesiones narrativas, el discurso para convencidos o los clichés buenistas que lastraron algunas de las últimas películas del tándem Loach-Laverty. La secuencia con la que concluye este Ladrón de bicicletas para la era Amazon, tan demoledora como un puñetazo en el estómago, es una invitación para abandonar cualquier esperanza. Todo está perdido. Lo hemos cedido a cambio de que nos traigan comida china a casa.

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