El espíritu de la colmena

España, 1940; poco después del final de la Guerra Civil. Un cine ambulante proyecta Frankenstein en un pequeño pueblo perdido de la meseta castellana. Los niños están fascinados por el monstruo y, entre ellos, la pequeña Ana, de 8 años, se plantea mil y una cuestión sobre este personaje terrorífico. Su hermana mayor, Isabel, le explica que no es más que un "truco" del cine, pero ella sigue creyendo haber encontrado el espíritu de Frankenstein que merodea por el pueblo.

Las muchachas comparten su soledad en una casa oscua. Sus padres raramente están presentes, a través de rituales incomprensibles: el padre, insomne, pasa sus días estudiando las abejas, arreglando la casa familiar como si fuera una colmena; la madre se refugió en una nostalgia estéril, redactando cartas a un amante que permanece invisible y silencioso. Para evitar este mundo de muertos, Ana e Isabel se inventan un universo paralelo.

Juntas, las dos hermanas salen a explorar los alrededores del pueblo, descubriendo una vieja casa abandonada al pie de una colina, cercana a un pozo misterioso. Las chicas descubren, a través de sus juegos y de las historias que se cuentan, un mundo sombrío y maravilloso, frecuentado por personajes imaginarios que sólo los niños pueden percibir. Un día, Ana encuentra a un hombre herido que se refugió en la casa abandonada...