A principios de la década de los 2000, Globomedia comenzó a conquistar las pantallas cinematográficas gracias al éxito de este musical escrito por David Serrano que pretendía reformular la comedia de enredo madrileña. No en vano estaba dirigida por Emilio Fernández-Lázaro -‘Amo tu cama rica' (1991)-, quien impregnó de estética post-ochenta todo el trabajo: decorados, vestuario, coreografías e incluso el hecho de que los asideros de la película se encuentren en muchos de los grandes éxitos del reciente pop español se deben a esa intención de crear un filme de la época; intención, por otra parte, que podríamos tildar más que retro, retrógrada. El reparto contó, eso sí, con un buen número de caras nuevas -a excepción de Paz Vega y Guillermo Toledo, provenientes de la catódica ‘Siete vidas'-, un grupo heterogéneo que daría pie a la generación Animalario (Toledo, Alberto San Juan, Ernesto Alt
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