MasterChef 12 no deja de sorprender a la audiencia. Tras el rifirrafe entre dos aspirantes de la semana pasada que salpicó a Jordi Cruz, los concursantes han protagonizado la prueba de exteriores más desastrosa de toda su historia. Una "vergüenza" para los jueces que vuelve a poner de manifiesto el bajo nivel de esta edición del 'talent' culinario, que cada vez se centra más en la parte del 'reality'. Esta es una de las razones por la que mucha gente ha dejado de ver el exitoso programa de La 1 después de una década siguiéndolo.
El formato estrella de RTVE, que volvió a liderar su franja de emisión con más de 900.000 espectadores y un 13,2% cuota de pantalla, viajó hasta Cartagena para realizar la prueba de exteriores. La capital murciana celebraba la gran fiesta de la gastronomía con la entrega de los Soles Repsol. Una vez allí, y como es habitual, los aspirantes se dividieron en dos equipos: el rojo con María como capitana y acompañada de Alberto, Pulga y Ángela; y el azul liderado por Pilar junto a Gonzalo, Samya y Celeste.
RTVE
El reto de la novena entrega de MasterChef 12 era elaborar un menú avalado por las chefs Fina Puigdevall y sus hijas, Martina y Carlota Puigvert, pero con el gran desafío de que lo degustarían chefs galardonados. Martín Berasategui, Toño Pérez, Nandu Jubany, Diego Guerrero y Begoña Rodrigo, entre otros, fueron los encargados de probar los platós de la prueba de exteriores por lo que los aspirantes se enfrentaban a los comensales más exquisitos de su edición.
Sin embargo, lejos de demostrar su talento en los fogones, los concursantes protagonizaron una de las pruebas más desastrosas de la historia del 'talent' culinario. El cocinado fue un auténtico caos en el que Jordi Cruz y Pepe Rodríguez tuvieron que corregir algún que otro fallo, por lo que el equipo recibía castigos. Desde cocinar sola capitana durante un tiempo hasta sentar a alguno de los aspirantes. Y ni con esas aprendieron.
Todo esto complico la prueba de exteriores de la novena entrega de MasterChef 12. Los platos que tenían que elaborar no salieron a tiempo, incluso alguno llegó a las mesas crudo. Algo que provocó las quejas de los comensales a Samantha Valleo-Nágera, quien siempre ejerce de anfitriona en estas pruebas. "Ha sido una de las pruebas por equipos en la que más vergüenza he pasado en 12 años de MasterChef. Estoy muy decepcionada", señaló la jueza a los aspirantes.
El castigo de los jueces tras la "vergüenza" de la prueba de exteriores
"Decepción se queda un poco corto. Frustración, cabreo, enfado, mosqueo, que manera de hacer el tonto de verdad. Se me cae la cara de vergüenza. Hemos empezado despistados pero lo que ha seguido ha sido de bochorno. No nos hemos enterado de nada, procesos que eran bastante nítidos, os decía que no ibais bien y ha sido un despropósito", añadió Jordi Cruz.
Incluso hasta Pepe, quien siempre se muestra más compresivo, mostró su enfado con los concursantes. "No es que no hayáis llegado a la excelencia, es que no os habéis acercado. Hacía mucho tiempo que no veía en una cocina tanto desastre como he vivido hoy. El postre de hoy ha salido porque Fina ha traído la flor sino no sacamos nada y la elaboración de la cebolla ha sido dantesco. Pensaba que me vacilabais porque decíais que lo teníais todos", sentenció el juez.
Ante tal "bochorno" solo había una solución: todos los aspirantes pasaban a la prueba de eliminación con el delantal negro. Eso sí, María no podía ser expulsada al haber conseguido el delantal dorado en la primera prueba. De esta forma, se vivió una intensa prueba final en la que Pilar, la "mamma" de la edición, fue la elegido por los jueces para abandonar las cocinas.
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