"Fue un ataque continuo": Los últimos protagonistas de 'Batalla de restaurantes' cuentan cómo vivieron la experiencia
María Garzón
María Garzón
-Redactora
No hay 'reality' que se le escape. Desde 'Gran Hermano' hasta 'Traitors España', pasando por 'La isla de las tentaciones' o 'Pesadilla en la cocina'.

La última entrega del programa de Alberto Chicote vivió el enfrentamiento entre dos participantes

Atresmedia

La segunda temporada de Batalla de restaurantes está en el punto de mira. Dos programas emitidos y dos polémicas generadas. Si la semana pasada la Cofradía del Rabo de Toro de Córdoba pidió declarar persona 'non grata' a Alberto Chicote tras la mala imagen que dio de los hosteleros cordobeses el formato de laSexta, la nueva entrega no dejó indiferente en su búsqueda por el mejor restaurante de A Coruña en cocinar el pulpo a feira. Y es que ya lo avisó un participante de la primera temporada: "está orientado al morbo".

Pablo Gallego, con un 6,3 de nota, se proclamó el mejor restaurante de A Coruña en cocinar el pulpo a feira. El dueño, conocido como "el Robin Hood de las reseñas", ya había conocido a Chicote en ¿Te lo vas a comer?, pero en la entrega encandiló a sus rivales que le vieron como un digno ganador. Sin embargo, el triunfador no fue el protagonista de la noche ya que una disputa entre otros dos participantes se llevaron todas las miradas.

Freddy Carballo, propietario de La Arrocería, y Mailin Romero, de Casa Marabina, dejaron comentarios como "¡En siete años no habéis quitado la mierda de la campana, guapa!" o "No está a la altura de una fabada asturiana". Unas frases que provocaron una gran tensión entre los participantes y recordaba a algunos de los momentos más duros de Pesadilla en la cocina. Algo que ambos protagonistas vivieron de forma muy diferente.

Carballo fue el más crítico de todos los participante y, según declaraciones a La Voz de Galicia, se debe a que él siempre es muy sincero. "Yo lo dije todo a la cara y en la mesa", señala. Además de reconocer que "fue una experiencia gratificante". "Era un show de televisión y fui a lo que fui", sentencia el propietario de La Arrocería, quien afirma que su máxima es "que hablen, aunque sea mal".

Una opinión que contrasta con la de su compañera Mailin Romero, quien señala al citado medio haberlo pasado "bastante mal". "Fue todo totalmente cierto. No sale ni la mitad de lo que pasó, fue un ataque continuo. Y al final, estaba a la defensiva", reconoce. Además, destaca que está contenta con lo que ofreció durante el programa y que dio "lo mejor de mí, aunque me puse un poco nerviosa".

Dos sensaciones muy diferentes de los participantes de Batalla de restaurantes que ponen de manifiesto que la tensión que se vivió en la segunda entrega era totalmente cierta.

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