Para que una broma funciona, el que la ejecuta debe tener la certeza de que su 'víctima' la va a recibir de buen grado. Es decir, se reirán juntos, la celebrarán, etc, etc. Si haces una broma y a la otra persona le sienta mal, pues no es una buena broma.
Pablo Motos pensó que 'decapitar' a Dani Martín en directo iba a ser una buena broma. Sin embargo, Motos, quizás, infravaloró la capacidad de credulidad de los espectadores. Y es que debemos tener en cuenta que El hormiguero es un programa familiar -aunque desde él se blanquee a la ultraderecha continuamente- y lo ve gente de toda clase y condición. Estaba cantando que alguien se lo iba a creer.
25 de octubre de 2011: el día que decapitaron en directo a Dani Martín
La escena, que ocurrió en el programa del 25 de octubre de 2011, es algo que hemos visto mil y una veces: el típico truco de la guillotina que atraviesa el cuello de la víctima sin cortarlo. Hasta ahí, todo genial. ¿Qué ocurrió esta vez? Pues que el equipo de El hormiguero decidió que iban a ir un paso más allá y 'matar' en directo a Dani Martín. O, al menos, hacer creer a la audiencia que había habido un error y lo que estaban a punto de presenciar era una decapitación en directo. ¿Qué podría salir mal? Pues, efectivamente, todo.
La gente se lo tragó, o al menos una parte importante de la audiencia. Y no les culpo, no sé qué hubiese pensado yo con la guardia baja, que a toro pasado todos somos muy listos, muy de 'pero si se ve que es falso, la gente es idiota'. No tanto.
En el video podemos ver, efectivamente, como la 'cabeza' de Dani Martín cae al cesto y el programa se ve obligado a cortar abruptamente la emisión ante el asombro del público asistente. A la vuelta de publicidad, Motos explicó que habían tenido un fallo y que al día siguiente darían explicaciones.
Hasta la Wikipedia dio por muerto a Dani Martín. Ni que decir tiene que este último tuvo que dar un comunicado en sus redes sociales asegurando que estaba vivo. Motos también se disculpó, y aseguro que pensaban que el contexto del programa, de 'humor', bastaría para que la gente supiera que no se trataba más que de una broma. Al final, se le fue de las mano.