Cuando tenía doce años, un chaval de Palm Beach llamado Óscar Hernández empezó a hacer sus propias películas al estilo de Quentin Tarantino. Gángsters, sangre, violencia, esas cosas. Lo que este adolescente -que por aquel entonces también se dedicaba a la música ska- no esperaba es que, en el futuro, iba a ser rechazado por su nombre en decenas de castings o le iban a ofrecer tan solo papeles de gángster latino. Fue entonces cuando decidió cambiar su apellido. Sería, para siempre, y con el sueño de emular a sus ídolos cinematográficos, Óscar Isaac.
Guatemala Galáctica
Óscar Isaac era fan de Star Wars desde pequeño, y por eso, pese a su amplia carrera en un lugar solo tangencial con el cine comercial en películas como A propósito de Llewyn Davis o Ex Machina, quiso participar sí o sí en El despertar de la fuerza. Y eso que él mismo consideraba que no pegaba en el personaje, pero JJ Abrams le quería como el piloto de X-Wing Poe Dameron. El resto lo sabemos todos: el actor hizo piña con Daisy Ridley y John Boyega, que también eran novatos en la saga, y pudo preparar su papel a conciencia y sin síndrome del impostor.
El actor aportó algo muy especial al personaje de lo que muy pocos se han dado cuenta: propuso que Dameron fuera originalmente de la luna Yavin 4, que apareció por primera vez en Una nueva esperanza. El motivo no podría ser mejor: esas escenas se rodaron en Guatemala, donde nació y vivió unos años antes de mudarse a Estados Unidos. Star Wars sí, pero con las raíces bien marcadas.
No fue el único recuerdo familiar que Oscar Isaac metió en la nueva trilogía: su tío, un fan a ultranza de la saga que hizo una camiseta para el reparto y el equipo en las que se leía "Estar Guars: Episode VII". A Abrams le gustó tanto que le invitó a hacer un cameo, pero nadie salvo los que estaban allí ese día saben exactamente dónde estaba. ¿En Yavin 4? Quién sabe.