Este domingo se han celebrado los premios Oscar, en concreto la edición 90 de los galardones más importantes del cine. Con Jimmy Kimmel de maestro de ceremonias, esta entrega de premios ha mantenido las críticas contra los abusos y las desigualdades en la industria de Hollywood, así como las reivindicaciones de que un cine mejor y más inclusivo es posible.
A la par que las críticas sociales se abrían un hueco en Hollywood, los hispanohablantes también. El director mexicano Guillermo del Toro ha conseguido su primer Oscar en la categoría de Mejor Dirección por La forma del agua, antes de volver a subir al escenario para recoger el galardón a Mejor Película. Nada más saber que el premio sería para él, el cineasta ha abrazado a toda la gente que le acompañaba así como al actor mexicano Gael García Bernal.
En un emotivo discurso, el director ha comenzado agradeciendo el premio a los otros dos directores mexicanos que triufan en Hollywood: Alfonso Cuarón, ganador de dos Oscar por Gravity, y Alejandro González Iñárritu, que obtuvo cuatro premios por Birdman, El renacido y Carne y arena. Juntos, los tres amigos, están llevando a México y al idioma español por el mundo, así como Bernal con quién Del Toro se ha vuelto a abrazar antes de subir a por su premio a Mejor Película.
Además, uno de los momentos más divertidos de la noche ha sido la expresión de felicidad e incredulidad del director al recoger el sobre en el que ponía, sin dudas ni confusiones como en la edición de 2017, que el premio para Mejor Película es para La forma del agua.
