A partir de entonces se convierte en uno de los directores más prometedores de su generación y comienza a desarrollar filmes más comerciales como ‘Alicia ya no vive aquí’ o ‘Taxi Driver’, que pasaría a la historia como una de las mejores películas de su carrera. Tras un periodo de decadencia a causa de su adicción a las drogas.
En 1980 dirige una de sus obras maestras, ‘Toro salvaje (Raging Bull)’, por la que recibe su primera nominación al premio Oscar y a la que seguirían otros conocidos filmes que le consagrarían como uno de los mejores directores de todos los tiempos. Ejemplo de ello son títulos como ‘El rey de la comedia’ (1985) o ‘El color del dinero’ (1986),’La última tentación de Cristo’ (1988), ‘Uno de los nuestros’ (1990), ‘El cabo de miedo’ (1991), ‘Casino, de Scorsese’ (1995), ‘Gangs of New York’ (2002), ‘El aviador’ (2004) o ‘Infiltrados (The Departed)’, (2006), por la que recibiría su primer Oscar a Mejor Director.