Se estrenó en 2023, pero ya es una de mis películas imprescindibles para ver en Navidad
Sara Heredia
-Redactora jefe SensaCine
Cargada con una mente abierta y mucha curiosidad, explora cualquier documental, película, serie y miniserie que empiece a hacer ruido.

Una nueva adaptación de un clásico de la literatura del que nadie esperaba nada pero resultó ser una joya musical

Para mí, resguardarse del frío de diciembre en una sala de cine es uno de los sentimientos más navideños y reconfortantes que existen. Sobre todo si viene después de una comida rica y, principalmente, si la película que veo merece la pena. Así es como recuerdo ver algunas entregas de Harry Potter, la entrañable La vida secreta de Walter Mitty o esta que vengo a recomendar encarecidamente: Wonka.

Como fan del Willy Wonka de Burton y de la saga Paddington, sabía que tenía que ver la nueva adaptación del chocolatero creado por Roald Dahl dirigida por Paul King, pero ni yo ni nadie nos esperábamos ver un clásico instantáneo como es esta película. Para este Wonka, Paul King se alejó radicalmente de la fantasiosa cinta de 1971 protagonizada por Gene Wilder y de la visión más oscura de Burton. Si habéis seguido mínimamente al cineasta, sabréis que es un oso de peluche y que todas sus propuestas respiran bondad. Por eso su adaptación de la novela de 1964 es pura alegría, imaginación y emoción. Contiene una magia cinematográfica que te trasladarán a tu infancia y, por un momento, te sentirás como un niño al que le están contando una historia fascinante.

Si no la has visto aún, es perfecta para ver la mañana de Navidad. Está disponible en el catálogo de HBO Max.

Cuenta la historia de Wonka, un chocolatero huérfano que llega a las Galerías Gourmet con el sueño de abrir su propia chocolatería. Pero el gremio está dominado por Arthur Slugworth, Gerald Prodnose y Felix Fickelgruber, tres empresarios que no van a dejar que entre nadie nuevo. Sin un soberano encima, Wonka termina atrapado en la lavandería de Scrubbitt, de la que no saldrá hasta que salde una deuda que no para de aumentar.

Timothée Chalamet da vida al protagonista y, sí, canta él mismo las canciones del musical. Olivia Colman interpreta a la villana de la película, la malísima Señora Scrubbitt, en un papel tan clásicamente caricaturado que no dejarás de querer verla en pantalla. Por otro lado, aunque corto, el papel de Hugh Grant como el oompa loompa es absolutamente memorable.

Wonka es una de esas películas capaces de conectar con varias generaciones a la vez. Su historia, tierna y salpicada de una suave pátina de nostalgia, recupera la magia del universo creado por Roald Dahl sin caer en la imitación directa ni en el sobrepeso emocional. Uno de sus mayores aciertos está en los números musicales: ágiles, coloridos y perfectamente integrados en la trama. Incluso quienes suelen huir del género encontrarán aquí secuencias ligeras y bien dosificadas, que acompañan la narración sin detenerla ni abrumarla.

Este nuevo Wonka es aventurero, amigo de las causas justas y no pierde nunca la sonrisa ante las adversidades -pero no de una manera inquietante como la versión de Johnny Depp-. Pero el corazón de la cinta no es solo el carismático protagonista, sino el conjunto de personajes que lo rodean. El film se apoya en un reparto coral de secundarios entrañables, cada uno con su pequeña historia, que aportan humor, ternura y textura narrativa. Todos ellos suman para construir un relato redondo y vibrante que es perfecto para disfrutar en Navidad.

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