La estrategia que planea Sony Pictures con las películas de The Beatles me parece un error garrafal: han matado el proyecto antes de tiempo
Sara Heredia
-Redactora jefe SensaCine
Cargada con una mente abierta y mucha curiosidad, explora cualquier documental, película, serie y miniserie que empiece a hacer ruido.

Estrenar los cuatro largometrajes el mismo día es un riesgo para cualquier cine y un fastidio para la mayoría de espectadores

Sam Mendes se ha embarcado en el proyecto más ambicioso de su carrera. El director de 1917 está cumpliendo un sueño al desarrollar cuatro películas de The Beatles, cada una de ellas centrada en uno de los miembros del famoso cuarteto de Liverpool. Mendes ya anunció cuáles habían sido los elegidos para semejante reto: Harris Dickinson será John Lennon, Paul Mescal encarnará a Paul McCartney, Barry Keoghan se convertirá en Ringo Starr y Joseph Quinn dará vida a George Harrison.

Todo avanza según lo previsto para su estreno en 2028 y, después de que el cineasta compartiera una imagen de los cuatro protagonistas el pasado mes de abril, ahora sabemos que Sony Pictures está planeando estrenar las cuatro películas un mismo día: el 7 de abril de 2028. Al menos, eso es lo que indica la web Film Distributors Association, que recoge las fechas de estreno de todas las películas y que anuncia el 7 de abril de 2028 como la elegida para las 'Four Films' que componen esta particular franquicia. Personalmente, creo que es un error monumental y que condena el proyecto antes de tiempo. Los Beatles lanzaron dos álbumes el mismo día pero solo unos genios pueden hacer de eso algo rentable.

Hay una enorme expectación en torno a las películas sobre Ringo, John, Paul y George y, sin duda, será un evento cinematográfico que atraerá a muchos espectadores a las salas de cine. Pero, sinceramente, ¿quién puede permitirse pasar un mínimo de ocho horas -si suponemos que cada película dura 120 minutos, pero podría fácilmente superar esa duracion- en una sala de cine? Y lo que es más, ¿cuántos cines en todo el mundo se pueden arriesgar a ocupar una de sus salas -o quizás más- con una única saga como esta?

En primer lugar, parece un suicidio para los exhibidores, que bastantes problemas tienen para alcanzar la rentabilidad en un mercado cada vez más complicado. No sabemos cómo estará el panorama en 2028, pero 2025 ha sido un año desastroso para la taquilla de Hollywood, con notables decepciones como Blancanieves, Thunderbolts o Misión Imposible: Sentencia final, las cuales no han alcanzado los números esperados.

Los cines necesitan programar el mayor número posible de películas cada día y, a ser posible, de gran variedad, así pueden llegar a diferentes públicos y aumentar sus ingresos. Cerrar sus salas para proyectar únicamente el The Beatles de Sam Mendes no suena a buena táctica empresarial.

Por otro lado, programar cuatro películas seguidas puede ahuyentar a los espectadores, que no quieren pasar tanto tiempo encerrados en una sala de cine. Eso sin contar en el precio de la entrada, que fácilmente puede llegar a los 40 o 50€ por espectador. Solo los muy fans de Los Beatles están dispuestos a afrontar las condiciones impuestas por Sony Pictures.

Un estreno espaciado en varios meses sería lo mejor

Vale, puede que la proyección de las cuatro películas en un mismo día sea un evento especial que no obliga posteriormente a los espectadores a permanecer toda una jornada laboral en una sala de cine. Pero si su decisión es que las cuatro películas estén en cartelera al mismo tiempo tampoco es buena idea. Muy pocos tendrán el interés suficiente como para ir a cuatro pases -de nuevo, el factor tiempo y dinero son importantes- y el público, inevitablemente, elegirá cuál ver.

Si Sony Pictures quiere hacer del estreno de The Beatles su gran evento cinematográfico deberían espaciar los estrenos en diferentes meses, así dejan tiempo para que el público vuelva a interesarse por la siguiente película pero no pasa demasiado como para que se olviden de lo que Mendes está contando. La historia de la banda británica es suficientemente interesante como para conducir los acontecimientos a un clímax potente. Si el director lo hace bien, captará la atención de la audiencia y podrá tener su propio Vengadores: Endgame. Al fin y al cabo, hablamos de un grupo que dio su último concierto de manera inesperada en la azotea de su estudio de grabación, ¿cómo no sacar una buena epopeya de ahí?

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