A veces tienen que venir de fuera para que apreciemos lo que tenemos aquí. Quentin Tarantino se ha pasado por Barcelona y se ha plantado ante 1.500 personas para hablar de cine y de su último libro, titulado precisamente Meditaciones de cine. Y qué mejor que aprovechar la parada por España que para hablar un poco del cine español de culto, del que el director de Pulp Fiction es aficionado de su época de videoclub.
Conversando con el medio El País el cineasta de su propia obra y de lo que le traumatizó Bambi, pero también fue preguntado por nuestro cine, recordando además su previamente declarada pasión por Matador, la película de Pedro Almodóvar. Aunque no esté considerada aquí entre las mejores del manchego (un sentimiento que comparte el propio Almodóvar), Tarantino insiste en que "le gusta mucho".
La intensa película española que Quentin Tarantino adora y considera una gran influencia en su cineNo es el único director americano que quedó impresionado con este desagradable y sensual trabajo, algo que el propio Quentin subraya al mencionar la afición de Orson Welles por dicho film. Tarantino destaca la valentía de escenas como la del personaje de Antonio Banderas masturbándose con películas de terror violentas y slasher: "nos sorprendieron en los ochenta en Estados Unidos, cuando el cine era tan timorato".
Una película venganzatemática
Pero para que no todo estuviera monopolizado por Almodóvar, se rescató también uno de los nombres de culto que tienen su presencia en el libro de Quentin. Tanto Antonio Isasi-Isasmendi como en concreto una película como Un verano para matar reciben las mejores palabras por parte de Tarantino: "Soy un fan de Isasi. Y esa película es de género venganzatemática, del que hablo mucho".
Protagonizada por Christopher Mitchum, Un verano para matar se centra en un muchacho que, cuando era realmente pequeño, tuvo que contemplar la forma en la que unos sicarios le quitaban la vida a sangre fría a su padre. Este trágico acontecimiento marcará un antes y un después tanto en su personalidad como en su manera de lidiar con los asuntos a los que tenga que hacer frente en un futuro no demasiado lejano, puesto que una gran dosis de venganza se apoderará de su organismo una vez que asimile lo que acaba de ocurrir en su domicilio.
Sin duda es valioso que alguien como Tarantino recuerde joyas algo olvidadas de nuestro cine como esta, y destaque a cineastas en los márgenes como Isasmendi que apostaban por un cine realmente diferente y transgresor. La clase de cine que podía tener espacio en el videoclub de Quentin, que cobra una nueva vida a través de sus recomendaciones puntuales en lugares como sus libros.
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