Ben Affleck nos ha contado la historia de cómo Nike empezó a cambiar su historia con el fichaje de Michael Jordan en Air. El drama deportivo sigue las historias de los trabajadores de la empresa que consiguieron convencer a la inminente estrella antes de irse a la competencia en Adidas o Converse. No fueron, eso sí, los únicos que contribuyeron a la creación de la marca que se volvería leyenda.
Las campañas de las Air Jordan, las célebres zapatillas del número 23, fueron toda una revolución en el marketing deportivo. El éxito del calzado no se sustentó sólo en la impresionante figura del baloncestista, cuyos éxitos impactantes todavía estaban por llegar. Los anuncios fueron todo un fenómeno que lograron humanizarle al mismo tiempo que lo hacían deseable e inalcanzable. Un reto que sólo te consigue un genio como Spike Lee.
El director neoyorkino dirigió los anuncios que fueron clave para poner a Nike por delante en la publicidad deportiva. Su llegada a la órbita de la empresa fue, eso sí, de lo más casual. En 1986 estaba todavía por estrenarse con el drama indie Nola Darling, que le pondría en el mapa cinéfilo pero también en el de la publicidad. Jim Riswold, un trabajador de la compañía, se quedó intrigado por el tráiler que se mostró antes de otra película que había acudido a ver.
Las Air Jordan no eran legales en la NBA: El mito de los 5.000 dólares de multa por cada partidoRiswold fue finalmente a ver Nola Darling, y rápidamente le cautivó el personaje de Mars Blackmon, interpretado por el propio director. En la película, Blackmon está obsesionado con Jordan, teniendo en su habitación el célebre póster donde acomete un mate que serviría para hacer la silueta del logo de Air Jordan. Su pasión es tan decidida que no puede ni quitarse sus zapatillas mientras está teniendo sexo con la protagonista.
Unos anuncios para todo el mundo
Esa escena de sexo tan divertida llegó a oídos de Peter Moore, el diseñador de las zapatillas, a lo que sólo podía responder "Oh, Jesús, eso es genial". Lee entró rápidamente en sus planes para termina de reflotar las ventas de calzado, aunque la colaboración no se fructificaría hasta dos años después de dicha película. Junto a Moore dieron con la perfecta estética para meter a Jordan de lleno en la cultura hip hop del momento.
"No era 'callejero' de ninguna manera" recuerda Moore, cuyo carácter era más propio de un chaval de pueblo de Carolina del Norte que de la moderna Nueva York en la que nación. "Spike le hizo callejero. Le hizo atractivo para los chavales de la calle". Con un lenguaje visual dinámico que subrayaba la majestuosidad de Jordan unido a la acentuación de rasgos humanos, como su sonrisa y su carisma, los anuncios hicieron que el jugador de los Bulls fuera del gusto de todo el mundo, y terminó de hacer a las Air el objeto más deseado. Y, por eso, tenemos una exitosa película sobre cómo se consiguió en primer lugar el acuerdo para hacer las zapatillas.
Puedes ver Nola Darling en Netflix.
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