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    El fin del mundo en una urbanización de Pontevedra: empieza el rodaje de 'Apocalipsis Z: El principio del fin', la visión más realista del colapso
    Sara Heredia
    Sara Heredia
    -Redactora jefe SensaCine
    Cargada con una mente abierta y mucha curiosidad, explora cualquier documental, película, serie y miniserie que empiece a hacer ruido.

    Entrevistamos a Carles Torrens ('Sky Rojo', 'Feria'), director encargado de adaptar el 'best-seller' escrito por Manel Loureiro y convertido en película para Prime Video.

    Prime Video

    Un señor vestido de buzo con un arpón y un fusil en una urbanización donde todas las casas son iguales. Esta imagen impactó a Carles Torrens e hizo que quisiera hacerse cargo de la adaptación cinematográfica de Apocalipsis Z: El principio del fin, la novela de Manel Loureiro sobre el fin del mundo en Galicia que ha llegado a los 500.000 lectores en todo el mundo. Torrens llega como director a un proyecto que, ya de primeras, genera mucho interés.

    Apocalipsis Z no es una historia de zombis al uso. Aquí no hay pistolas, rifles, ametralladoras o granadas que puedas coger de un armario para cargarte a los infectados a 10 metros de distancia. Olvídate de Hollywood, estamos en Pontevedra y el protagonista de nuestra historia es un hombre que acaba de quedarse viudo y no tiene ninguna gana de salir de su casa a hacerse el héroe.

    "Desde ese punto de vista tan pequeño vas viendo cómo el mundo se va desintegrando por el virus más mortífero al que se enfrenta la humanidad desde la peste bubónica", cuenta el director en una entrevista con SensaCine unos días antes de empezar el rodaje.

    La apuesta de Torrens y Prime Video parte desde la cotidianidad, entendiendo que si mañana nos pillara un apocalipsis a cualquiera de nosotros muy pocos se convertirían en Dwayne Johson, la mayoría nos quedaríamos más bien como Kevin Hart, paralizados por el miedo a lo que hay ahí fuera y rezando para no tener que vernos en una situación peligrosa.

    Apocalipsis Z: El principio del fin
    Apocalipsis Z: El principio del fin
    Dirigida por Carles Torrens
    Con Francisco Ortiz (II), Berta Vázquez, José Maria Yazpik

    En Apocalipsis Z: El principio del fin, el protagonista, como decimos, es un hombre que aún no ha superado la pérdida de su mujer en un accidente y lleva un año encerrado en su casa, totalmente deprimido, con la única compañía de su gato Lúculo. Cuando una extraña enfermedad similar a la rabia se apodere del planeta, Manel se verá obligado a salir de casa para poder comer y se encontrará metido en un viaje por la supervivencia -tanto física como emocional- con acción, tensión, sangre y un gato malhumorado.

    Se están tomando muchas decisiones geopolíticas para frenarlo, pero, desde el punto de vista del personaje, eso no le afecta. Le afectan cosas como el precio de la gasolina, la falta de suministros al supermercado o ver cómo reaccionan sus vecinos.

    Esta historia que escribió Loureiro -primero en un blog y luego publicada en 2007- toma forma de película de la mano de Carles Torrens con tres influencias de lo más reveladoras: Contagio (2011) de Steven Soderbergh, la serie francesa El colapso (2019) y Náufrago (2000) de Robert Zemeckis. Tres visiones muy realistas del fin del mundo que dan una idea muy clara del proyecto que Torrens tiene entre manos.

    "Lo que más me interesaba del proyecto, además de esa verosimilitud geopolítica y la imagen de un señor vestido de buzo yendo a una urbanización, era la idea de un hombre corriente, sobrepasado por unas circunstancias excepcionales", desvela Torrens. El director ahora se embarca en la grabación de un proyecto que, aún sin fecha de estreno, aportará un relato muy interesante a la nueva ola de títulos apocalípticos.

    Prime Video

    Empezamos por el principio del todo, ¿qué tenía el proyecto que te dijo decir que sí?

    A mí me atrajo la cotidianidad y la verosimilitud con la que se explicaba la desintegración de la sociedad debido a un virus zombi. Explicado con rigor y raciocinio. También me atrajo una imagen famosa del libro: un señor vestido de buzo con un arpón y un fusil a modo de arma paseándose por una urbanización donde todas las casas son iguales.

    Precisamente la cotidianidad es algo que llama mucho la atención del proyecto, ¿en qué sentido vamos a verla en la película?

    Para mí una película que es referente es Contagio, de Steven Soderbergh, que no es una película de zombis al uso. [En Apocalipsis Z] ves el fin del mundo pero desde el punto de vista de un señor que vive en una urbanización de Pontevedra, que, además, debido a un problema personal está de baja y no está saliendo mucho de casa, nada más que para ir a hacer la compra y hacer recados. Desde ese punto de vista tan pequeño vas viendo cómo el mundo se va desintegrando por el virus más mortífero al que se enfrenta la humanidad desde la peste bubónica. Se están cerrando fronteras, se están tomando muchas decisiones geopolíticas para frenarlo, pero, desde el punto de vista del personaje, eso no le afecta. Le afectan cosas como el precio de la gasolina, la falta de suministros al supermercado o ver cómo reaccionan sus vecinos. Desde el momento en que se huelen que se avecina una catástrofe, en vez de trabajar todos juntos para asegurarse de que haya para todos, la gente se lanza a los supermercados en masa y empieza a arrasar con todo, como cuando vivimos el COVID. [Este fin del mundo], de repente, es ver un tanque pasando por una carretera secundaria como la que puedes coges tú para ir al súper o al centro comercial. Es un poco esa perversión de la cotidianidad que vive el personaje.

    No es un héroe. Es una persona sobrepasada por las circunstancias que lo hace lo mejor que puede. [...] Él es alguien que no se ha peleado nunca. No tiene las agallas ni las ganas ni la intención de ponerse a pelear con los infectados.

    Por lo que dices, está muy alejado de la visión del apocalipsis de Hollywood, ¿qué tipo de héroe vamos a ver?

    Es que no es un héroe, es un señor normal que tiene un barco y tiene placas solares en casa. Es un poco manitas, pero no tiene ninguna habilidad que no tenga el español medio. No es un héroe. Es una persona sobrepasada por las circunstancias que lo hace lo mejor que puede, porque en un momento de supervivencia tienes que hacerlo lo mejor que puedes. Él es alguien que no se ha peleado nunca. No tiene las agallas ni las ganas ni la intención de ponerse a pelear con los infectados. Y si alguna vez se los encuentra intenta esquivarlos. Es todo desde el punto de vista casi de un anti-héroe.

    O sea que también es un poco, como espectadores, sentirnos representados en él

    Sí, y que los obstáculos que se le ponen en el camino son las cosas más... Por ejemplo, el momento en que a lo mejor acabas en un Corte Inglés refugiado de los infectados y quieres coger un martillo para defenderte, pero los martillos normalmente vienen plastificados en un plástico rígido. Si no tienes un cuchillo para abrir eso, ¿cómo lo haces? Se trata de contar el viaje de este señor con los obstáculos más cotidianos. También puede ser que en un momento tengas que barricar una puerta, que es algo que hemos visto en las películas de Hollywood. Si barricas una puerta de casa con lo que tienes por ahí, ¿cómo sabes que es eficiente? ¿qué artilugios tienes tú que puedan distinguirte de los demás? Sin hacer spoilers, este personaje tiene un velero en un puerto deportivo de Galicia. Él, como socio del puerto, tiene llaves y hay un momento en que eso sí que es una ventaja sobre sobre los infectados. Va sobre cómo te enfrentas tú a algo, no sobrenatural, pero sí monstruoso, algo a nivel muy primario.

    La novela ha sido todo un éxito en Galicia y tiene muchos elementos propios de esa zona de España. Lo vemos, por ejemplo, en la descripción de uno de los personajes: Gabriela, vecina de pura retranca gallega-, ¿qué aporta Galicia a la historia?

    La verdad es que yo no tenía ningún tipo de conexión con Galicia, pero la historia estaba circunscrita en Galicia de una manera muy, muy tangible. Manel Loureiro es un autor muy querido en Galicia, autor de 'best sellers', con libros que funcionaron muy bien a nivel mundial. Era absurdo hacer Apocalipsis Z: el principio del fin y situarlo, por ejemplo, en Barcelona, de donde soy yo. Para mí lo que era interesante es que pasara en un lugar muy concreto de España, en una zona poco hollywoodiense. Un poco en tierra de nadie. O sea que sí, el libro, al ser tan gallego y Manel tan gallego, pues lo íbamos a contar desde ahí

    Para mí lo que era interesante es que pasara en un lugar muy concreto de España, en una zona poco hollywoodiense. Un poco en tierra de nadie.

    ¿Qué referencias o influencias tienes en mente para desarrollar la película?

    Como digo, lo que más me interesaba del proyecto, además de lo que te he contado, de esa verosimilitud geopolítica y la imagen de un señor vestido de buzo yendo a una urbanización, era la idea de un hombre corriente, sobrepasado por unas circunstancias excepcionales. Entonces, uno de mis referentes era la película Contagio de Steven Soderbergh. También el capítulo seis de la serie francesa El colapso, cuando se centra en el enfermero de un hospital con unos pacientes terminales. Aunque el mundo se desintegra a su alrededor, él decide quedarse en ese hospital y seguir siendo enfermero debido a su juramento hipocrático, con todos los dolores de cabeza y obstáculos enormes que eso conlleva. Y luego la película Náufrago, de Robert Zemeckis, es un referente para mí, en el sentido de ver a un hombre corriente conectar con su yo más primario y hacer frente a sus circunstancias.

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