La saga automovilística por excelencia ha entregado su entrega más ambiciosa hasta la fecha. Aun así, la viabilidad comercial de Fast & Furious X peligra, principalmente por un presupuesto desorbitado que la coloca como la cinta más cara de la saga. Sus 340 millones de dólares de presupuesto no sólo dejan por los suelos los costes de las anteriores películas, sino muchas otras películas que se estrenan en cines.
Buena parte de ello ha ido a su interminable reparto. A los miembros ya establecidos de la familia se han unido regresos de viejos conocidos, cameos llamativos y fichajes importantes como los de Jason Momoa o Brie Larson. Todos con su bueno sueldo, aunque ni mínimamente cerca al de Vin Diesel, que según medios como Variety se ha embolsado 20 millones por liderar la última entrega de la Fast Saga.
Este descomunal sueldo incluye tanto su trabajo de protagonista como de productor, ejerciendo de arquitecto de la franquicia desde hace más de una década. Ciertamente es un destino paradójico, ya que tras la primera entrega rechazó aparecer en la secuela buscando nuevos retos. Y también porque por dicha película le llegaron a ofrecer incluso más dinero que lo que ha cobrado por esta. Según el actor, rechazó 25 millones por volver en A todo gas 2. Pero lo curioso es que decidió no cobrar sueldo cuando finalmente hizo su reaparición.
Jugada maestra
En 2006 la franquicia optó por una nueva dirección de la mano de Justin Lin en la película A todo gas: Tokio Race, sin ninguno de los protagonistas originales y un escenario completamente diferente. Pero Diesel sí hizo una aparición para conectar dicha película con el universo ya montado. Su cameo al final de la película fue muy codiciado, y el actor lo supo, por eso decidió aprovecharlo en su favor.
Alejado del mundo de las carreras y los atracos, Diesel probó suerte al intentar expandir su propia saga de fantasía y ciencia ficción con Las crónicas de Riddick. Una secuela ambiciosa, pero que no obtuvo el resultado económico deseado y mató las expectativas de ser su gran franquicia. Aun así, el actor confiaba en ella, y quiso seguir llevando el timón aunque fuera alejado de Universal, que tenía los derechos además de los de Fast & Furious.
Creo que este es uno de los mejores papeles de Vin Diesel: una película de terror y fantasía para ver en SkyShowtimeEl regreso de Diesel en Tokio Race se hizo con un acuerdo. El actor volvía, y lo haría además sin recibir salario, pero a cambio recibiría los derechos del mundo de Riddick para hacer una película por su cuenta. Una tercera cinta que tardó casi una década en aparecer, y con Vin hipotecando su casa para poder tener la financiación necesaria. "Si no la acabábamos me quedaría sin techo", confesó a The Hollywod Reporter a la hora de estrenar Riddick.
Por suerte para él, la jugada salió de perlas. Con un presupuesto de 37 millones de dólares, bastante por debajo de su antecesora, logró una película de ciencia ficción efectiva que recaudó casi 100 millones. No sólo recuperó la inversión, sino que salió parcialmente a su favor. A día de hoy sigue en control de esta saga de fantasía, esperando hacer por fin una deseada cuarta película, y en el proceso también está al mando de una de las franquicias más potentes de Hollywood. Jugada maestra, que dirían algunos.
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