Parece que llevarse mal con Sylvester Stallone no es una buena idea. Si la relación entre la veterana estrella de acción y uno de sus compañeros de rodaje no es buena, hay posibilidades de que el futuro del segundo en el proyecto se vea comprometido. Al menos eso es lo que le pasó a un entonces jovencísimo Richard Gere en 1974, cuando apenas tenía 25 años, y le volvería a pasar 20 años más tarde a la actriz Lori Petty, que en los años 90 vivía el momento de mayor éxito en su carrera. Aunque con dos décadas de diferencia, Gere y Peyton vivieron una situación parecida: problemas en el set de rodaje con Stallone que acabaron derivando en sus respectivos despidos.
Han pasado 50 años desde que Gere acabó siendo despedido de la película Black Jackets. Días felices dirigida por Martin Davidson y, según ha trascendido, su salida del proyecto estuvo relacionada con una pieza de pollo cubierta de mostaza. Los intérpretes, que en aquel momento abordaban momentos vitales muy distintos y ninguno de ellos especialmente fácil, no congeniaron desde el principio. Tal y como contaría el propio Stallone con el tiempo, Gere "se pavoneaba con su chaqueta de motero de gran tamaño como si fuera el caballero más malo de la mesa redonda" y parece que eso le ponía de los nervios.
Richard Gere manchó de mostaza a Sylvester Stallone y la cosa se les fue de las manos: Uno de ellos terminó despedido y no han vuelto a trabajar juntosSegún el veterano intérprete, el protagonista de Pretty Woman se venía muy arriba a menudo y había que pedirle que bajara el ritmo, pero el detonante fue cuando, en un descanso, Gere manchó a Stallone con mostaza cuando este ya le había advertido de que su comida estaba chorreando: "Le dije: 'Eso va a gotear por todos lados'. Me respondió: 'No te preocupes por eso". Cuando su predicción se cumplió, Stallone le dio un codazo a Gere y lo empujó fuera del coche. Un momento de máxima tensión que acabó con el despido del segundo.
Veinte años más tarde, un suceso similar tuvo lugar en el set de rodaje de la famosa película de ciencia ficción distópica Demolition Man, aunque en este caso no hubo mostaza, ni tampoco se trascendió la barrera de lo físico. Sin embargo, la relación de Sylvester Stallone con la protagonista femenina del filme, Lori Petty, no era buena y el equipo tomó una decisión tajante al respecto: despedir a la actriz.
Lori Petty, que pasaba por un buen momento profesional tras su trabajo en Le llaman Bodhi, Ellas dan el golpe y ¡Liberad a Willy!, fue la elegida para interpretar el papel de Huxley, la oficial que convence a sus superiores de despertar un legendario policía de Los Ángeles criogenizado para hacer frente a un preso, también descriogenizado, que está volviendo a matar. Sin embargo, Petty fue despedida cuando tan solo habían pasado dos días desde el comienzo del rodaje.
Aunque en el momento las explicaciones apuntaron a que la actriz hacía sido despedida por "diferencias creativas", luego se supo por la propia Petty que el problema había sido que Stallone y ella no se llevaban bien y que, literalmente, eran "como el agua y el aceite". Así, el productor del filme Joel Silver tomó la difícil decisión de sustituir a su actriz protagonista y lo hizo con una entonces prácticamente desconocida Sandra Bullock, que entonces no había protagonizado su mítica Speed y adquirió una gran notoriedad con Demolition Man.
Aunque la película de acción no fue objeto de grandes críticas, sí fue considerada un éxito comercial, con una recaudación de 160 millones de dólares. Dirigida por Marco Brambilla, en la película un peligroso asesino interpretado por Wesley Snipes es enviado a una cárcel que criogeniza a los presos, la misma al que iría el policía que le encarceló, acusado injustamente de asesinato. 35 años después, el criminal despierta en un futuro en el que el crimen está más normalizado y con sus instintos asesinos intactos, lo que da rienda suelta a su locura. Para frenarle, el gobierno decidirá sacar de la criogenización al policía que lo encarceló como su única esperanza.
