Aunque parezca una cosa extrañísima vista hoy, no supimos nada del pasado de Tony Stark hasta siete años después de su aventura inicial en el número 39 de Tales of Suspense. Su padre, Howard Stark, hizo su primera aparición ya en 1970, en el número 28 de la propia serie del vengador dorado, y a través de él conocimos mejor a su hijo y sus problemas, como el del alcoholismo o su prodigio a la hora de construir máquinas. En el Universo Cinematográfico Marvel, sin embargo, no tardaron tanto ni le dieron tantas vueltas como en los cómics, pero es un buen ejemplo de lo bien que está todo hilado dentro de este mundo.
Marvelilloso
Cuando llegó la hora de plantearse la tercera película del Capitán América, el universo de superhéroes estaba continuamente colisionando entre sí de manera notoriamente poco forzada. Por eso, era lógico que, después de La era de Ultrón, los superhéroes tuvieran un cisma que iba a enfrentarles para siempre. Civil War no fue tanto una película de Steve Rogers como de él y Iron Man convirtiendo su amistad en un problema que perduró a lo largo de las fases.
Y parte del problema fue la muerte de Howard y María Stark, que fue causada por el Soldado de Invierno. Éramos conscientes de su fallecimiento desde la primera Iron Man, donde, en una diapositiva, se veía que el día de su muerte fue el 16 de diciembre de 1991. Años después, volvimos a comprobarlo en Capitán América: El soldado de invierno y, en Civil War, pudiendo caer en el error, hacen algo fantástico: muestran la portada del periódico que da la noticia con fecha del día 17 de diciembre. Kevin Feige no se habría perdonado otra cosa que no fuera la perfección.
La trama de Howard Stark se cerró de manera maestra en Vengadores: Endgame, que a todas luces se sintió como un final definitivo al viaje de Tony Stark, que vuelve al pasado para encontrarse con su padre y le da las gracias por todo. Si es que Marvel, cuando sabe hacer las cosas...