Crear una película suele implicar años de trabajo. Desde que se crea la idea hasta que llega a los cines son muchos meses de esfuerzo y jornadas laborales. Antes, el periodo de tiempo durante el cual el público podía disfrutar del filme en pantalla grande era más justo para toda esa producción. Tras la llegada del 'streaming' y de los estrenos simultáneos, todo se ha reducido y ahora las películas están en cartelera apenas unas semanas -o meses en los mejores casos-.
En aquella época en la que ir al cine era el pasatiempo favorito de los fines de semana hay películas que llegaron a tener el cartel colgado durante varios años. La que tiene el récord -y seguramente lo mantendrá por siempre- es Sonrisas y lágrimas, que permaneció la asombrosa cantidad de 147 semanas en cines.
Más de dos años en los que pasaron millones de espectadores por las butacas para disfrutar de la voz de Julie Andrews.
Reconocida como una de las mejores obras del cine estadounidense, Sonrisas y lágrimas recaudó 286,2 millones de dólares en su estreno. Una cifra impresionante que si ajustamos a la inflación se queda en 2.600 millones de dólares. De esta manera, se colocaría entre las más taquilleras de la historia, por debajo de Avatar (2009), que llegó a 2.923 millones de dólares y Vengadores: Endgame, que alcanzó 2.797 millones.
Si no sabes de qué va Sonrisas y lágrimas -es extraño, pero, quién sabe, igual el salto generacional tiene algo que ver aquí-, cuenta la vida de Maria, una institutriz que tiene a su cargo a siete niños de diferentes edades. El Capitán -padre de todos ellos- ha criado a sus hijos utilizando una estricta disciplina militar tras la muerte de su esposa, pero necesita ayuda.
La vida de los Von Trapp se desarrolla en los comienzos de la Segunda Guerra Mundial y, entre canción y canción, la cinta retrata el creciente miedo al partido nazi en la Austria de los años 30.
Un fenómeno cultural para toda la familia
Estrenada en 1965, la película dirigida por Robert Wise se convirtió en un fenómeno cultural, capturando la imaginación de espectadores de todas las edades con la emotividad de su historia y las canciones pegadizas. El hecho de ser un musical y tener temas como "Do-Re-Mi" o "My favourite things", que seguimos recordando seis décadas después, fueron clave para su éxito.
Es difícil explicar la razón de que la cinta se mantuviera tanto tiempo en cartelera, pero, sin duda, despertó un enorme cariño entre los espectadores. Para muchas familias, ir a ver Sonrisas y lágrimas al cine se convirtió en una experiencia compartida, una que las familias podían disfrutar juntas.