Ya tenía una reconocida trayectoria como actor cuando le picó fuerte el gusanillo de la dirección en los años 70, pero fue en el año 1992 que el californiano Clint Eastwood, firmó "uno de los más grandiosos westerns crepusculares de la Historia del Cine". Así bautiza Sin perdón la crítica Bibi Ramos en su crítica de 4,5 estrellas para SensaCine, una película que es una de las grandes obras maestras del género y una de las mejores películas que el veterano cineasta de 94 años ha brindado en su carrera. Galardonada con cuatro premios Oscar, que incluyen el de Mejor película y Mejor director.
En ella, ex pistolero viudo William Munny, interpretado por el propio Eastwood, se ve obligado a aceptar un último trabajo debido a las circunstancias económicas en que se encuentra su familia. ¿Su misión? Dar con los responsables de haber desfigurado a una prostituta, para lo que se reencontrará con un viejo amigo, Ned Logan, interpretado por Morgan Freeman.
Sin embargo, cualquiera que haya visto la obra maestra Sin perdón inevitablemente se acordará también del personaje del pistolero inglés Bob, el "Duque de la Muerte", brillantemente interpretado por un fabuloso Richard Harris.
Brillante idea de Eastwood de confiar el papel del Bob inglés al difunto Harris.
En un antiguo vídeo de Inside Actors Studio que ahora rescatan nuestros compañeros de AlloCine, Eastwood contó una divertida anécdota sobre el fichaje del actor: "Quería que Richard Harris interpretara a este personaje en la película. En ese momento él vivía en las Bahamas. Lo llamé, respondió una mujer y me dijo que esperara, que iba a buscarlo".
La dije '¡Dile que llama Clint Eastwood!' y ella volvió a ponerse para decir '¿quién es ese?'
"Luego él se puso y dijo: '¡Hola, soy Bob!'. Irónicamente, estaba abajo, en su sala de estar, viendo Infierno de cobardes. Quedó encantado con mi propuesta, porque le encantaban los westerns".
Richard Harris fue clave para que el pistolero británico terminase de ser un personaje maravilloso. Un asesino arrogante y despectivo con el que Harris conectó muy bien porque, según explicó en una entrevista, era capaz de comprender: "Entendía a este tipo de inglés, porque vivieron a espaldas de mi nación, durante quinientos o seiscientos años". Una alusión a la ocupación de Irlanda, de donde era originario Harris, por parte de Gran Bretaña.
"Sería fantástico si pudiera hacer eso".
Harris creía que un hombre como el inglés Bob no sería un verdadero aristócrata inglés, sino un aspirante con pretensiones de sangre azul. Así, como el personaje tenía que ser humillado según el guion, sugirió añadir una capa extra.
"Cuando leí el guion le dije a Clint: 'Sabes, sería genial si pudiera hacer esto, sería genial si pudiera interpretar a este hombre como una especie de farsante de clase alta'. Al final de la escena, cuando Hackman lo patea, tal vez todo eso desaparece y realmente ves que detrás de todo eso es realmente un tipo de mala vida. Entonces Clint dijo: 'Sí, genial, adelante'. A veces tenía miedo de ir en esa dirección en el set, pero él seguía animándome a hacerlo".