Goyas 2025: Estas son las películas premiadas por las que merece la pena volver al cine
Israel Fernández
Israel Fernández
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Ahora llega el momento de recordar que es posible disfrutarlas en pantalla grande

Academia de Cine Español

La gala de los Goya cumplió con su objetivo clave: que pongamos la mirada en auténticos peliculones. Es más, por primera vez en sus 39 años de historia, El 47 y La infiltrada recibieron el premio ex aequo a la Mejor película. Los miembros de la Academia de Cine decidieron que no se podían seguir las “reglas predefinidas” en un año que ha puesto su mirada en la realidad, en historias impactantes basadas, casi todas, en un fondo ya vivido.

Ahora llega el momento de recordar que es posible disfrutarlas en pantalla grande, donde su fotografía, sonido y ambientación brillan con toda su fuerza. Porque la ficción, como decía Pirandello, “no es más que una ilusión, aunque muy persistente”. La realidad es algo fugaz y subjetivo, susceptible a diferentes percepciones y contextos. Y el cine reivindica esas miradas que pueden haberse quedado relegadas u olvidadas. Y más si es al lado de un cine como los Odeon Multicines, que cuentan con la suerte de usar la mejor tecnología actual: Las pantallas de LG LED Miraclass y sonido Dolby Atmos 7.1.

El silencio del suelo enmoquetado, los pequeños haces de luz de la lámpara de emergencia, el cómodo respaldo de los butacones… sí, podemos configurar un home cinema para el hogar, pero nunca podrá proyectar la sensación de una sala de cine, ese lugar sagrado. Como dijeron a lo largo de la propia gala, el cine hay que verlo en el cine, disfrutarlo y fomentar que siga existiendo a través del ejercicio más básico: ir a una sala a ver películas siempre que tengamos la oportunidad.

‘El 47’ y su ambientación para viajar a un pasado que es presente

Tras acumular 14 nominaciones, la historia real de Manuel Vital, un conductor que en 1978 secuestró el bus de la línea 47 en Barcelona para reivindicar la necesidad de transporte público en el barrio de Torre Baró, ha ganado su merecido Goya a Mejor película, junto a los correspondientes a Mejor actor y actriz de reparto, Mejores efectos especiales y Mejor dirección de producción. Y para lograr una representación fidedigna de finales de los años 70, el equipo de producción llevó a cabo una investigación exhaustiva sobre la vida en aquellos días.

El acceso a archivos históricos permitió una ambientación cuidada hasta el más mínimo detalle, combinando planos reales con recreaciones en set, mezclando fotografía analógica y digital. El 47 de Marcel Barrena captura la textura y las maneras de ser y de vivir de una época donde las batallas sindicales cambiaron el mundo de muchas familias. Y el trabajo de Eduard Fernández, en un papel estelar, aporta una autenticidad que solo el cine puede capturar.

Basándose en modelos reales de la época, cada vehículo y cada escenario fue recreado meticulosamente, transmitiendo una sensación de hiperrealismo para sumergirte en aquel verano de 1978. En entrevistas, el director Marcel Barrena destacó la importancia de transmitir la verdad a través de dignificar a esa clase obrera de barrios periféricos. Y esa verdad puede sentirse cuando acaba ese último canto a capella de El 47, algo que en una sala de cine te sobrecoge.

Por todo esto, El 47 es una de esas cintas que hay que ver en sala y más si es en una pantalla como las LG LED Miraclass, diseñadas para sustituir por completo los sistemas de proyección tradicionales. Tras un siglo de avances tecnológicos e innovaciones en el tratamiento del color y el sonido, los equipos LED Miraclass de los Odeon Multicines están específicamente diseñados para aportar un contraste y profundidad de imagen sin distorsiones.

La razón es sencilla: los píxeles LED autoemisivos, capaces de representar 24 bits de color, no se pueden ni comparar con los habituales paneles LCD. Por su propia tecnología, son capaces de entregar la máxima calidad, tanto en formatos 4K como 2K. De hecho, estos paneles permiten la visualización en 2D y 3D y cuentan con un brillo configurable de 48 a 300 nits, casi diez veces superior a los sistemas tradicionales. Si el cine es un lugar sagrado, estas son las herramientas para una reproducción fiel a la visión original del director.

El montaje y la tensión visual de ‘La infiltrada’

Dicen que el cine es tiempo y espacio. Con 13 nominaciones y dos Goyas conseguidos, La infiltrada de Arantxa Echevarría, sabe como nadie lo importante de un buen montaje. Si una película nace tres veces —una en el guión, otra en el rodaje y la versión final en el montaje—, la que nos ha llegado bien se merece el Goya a Mejor película. Y es que la historia de Aranzazu Berradre Marín, la joven que con apenas 20 años se infiltró en la izquierda abertzale y convivió durante años con dirigentes de ETA, tiene todos los ingredientes del thriller modélico.

Modélico porque además la película ofrece un crescendo que termina por disparar en todas direcciones. Uno de esos montajes precisos de puesta en escena sencilla pero efectiva. Una experiencia imprescindible en el cine. Una vez más, la recreación juega un papel crucial, y la construcción casi perfecta del Donosti de los años 90, junto a la entrega total de Carolina Yuste, que le han valido el Goya a la Mejor actriz, representan los ingredientes del género sin efectismo.

La manida frase de colocarte “al borde de la butaca” tiene una razón de ser: si una película logra emocionar, es que algo ha hecho bien. Y este thriller va sobrado de emoción y emocionalidad. Si además eres un sibarita del cine, es en este tipo de películas donde podrás comprobar la virtud de este tipo de pantallas. Las LG LED Miraclass no generan sombras ni estelas artificiales, no “emborronan” las imágenes, sino que ensalzan el montaje con un tratamiento profesional de la luz. Hablamos de paneles capaces de mostrar 68.700 millones de variantes de color, que cuentan con certificación DCI-P3.

La riqueza cromática de ‘La habitación de al lado’

Hay películas que tienen cierta vocación pictórica. Que, por su forma de concebirse, casi parecen cuadros en movimiento. Pedro Almodóvar siempre ha incidido en el valor de los escenarios, en no descuidar ningún objeto: cada color y cada elemento dentro del encuadre significa algo, y pueden aportar un enorme fondo narrativo que ningún parlamento podría igualar. Con esa mentalidad concibió La habitación de al lado, galardonada con los Goya al Mejor guión adaptado, Mejor dirección de fotografía y Mejor música original, e interpretada por las geniales Julianne Moore y Tilda Swinton.

Y es que, en esta cinta, el color es una herramienta narrativa: cada tono transmite una emoción y la atmósfera y composición de varias escenas evocan la soledad y quietud características de las obras del pintor estadounidense Edward Hopper. Como si de “un airbnb” sofisticado en la sierra se tratase, la película envuelve al espectador en un universo visual único que solo se puede apreciar en toda su magnitud en una sala de cine. Más allá de la teoría del cine, lo que está claro es que esta densidad de color, esta pureza y organicidad, no podrás disfrutarla en una pantalla normal y corriente.

Es un lugar que no existe salvo en el cine de Almodóvar, pero que también responde a la arquitectura de las emociones de las protagonistas. Hay cuadros por todas partes y cada uno quiere decir algo. No en vano, Martha, interpretada por Tilda Swinton, puede ver el Chesnut de Georgia O’Keeffe sobre la cama. Esta elección no es casual, ya que O’Keeffe es una figura emblemática del arte estadounidense. Decía la directora de arte Carlota Casado que Almodóvar quería que todo tuviese una esencia auténticamente americana, de una época concreta, y eso se nota en la distribución de los espacios y en cómo se encuadran.

El sonido de ‘La estrella azul’ y ‘Segundo Premio’

Pero no hablemos solo de imagen. La música y el sonido son protagonistas en dos de las grandes películas del año. Segundo Premio, de Isaki Lacuesta y Pol Rodríguez, que partía con 11 nominaciones, revive la esencia de una banda mítica Los Planetas, cuidando al detalle esa relación entre imagen y música. No en vano se alzó con el galardón a Mejor Sonido, al margen de Mejor Montaje y Mejor dirección. Ambientada en Granada a finales de los años 90, la película no menciona explícitamente al grupo, ya que está más interesada en capturar el espíritu de esa época.

Por su parte, La estrella azul, dirigida por Javier Macipe, tiene una relación con la música realmente humana. Su banda sonora fusiona elementos del folclore argentino con influencias contemporáneas y rinde homenaje al músico Mauricio Aznar, un reconocido rockero zaragozano de los años 90, interpretado por Pepe Lorente, que decidió recorrer Latinoamérica para reencontrarse con su vocación y hallar cierta verdad mística, dejando atrás las sombras de una adicción que le persiguieron toda la vida. Se llevó a casa los galardones al Mejor actor revelación (Pepe Lorente) y Mejor dirección novel (Javier Macipe).

Ambas son películas que hay que ver en el cine, ya que ganan una dimensión completamente nueva cuando se experimenta en una sala con sonido de última generación. Por ejemplo, las salas de los Odeon Multicines cuentan con sonido Dolby Atmos para una inmersión completa, ya que realizan un mapeo tridimensional de los objetos y posicionan cada sonido según proviene de su fuente original, y no transmitiendo una especie de estéreo falso e ineficaz. Es realmente una experiencia que hay que vivir.

La luz que ilumina ‘Los Destellos’

Y si hay una película que entiende como pocas la representación de la luz esa es Los Destellos, que se convierte en un personaje más dentro de la historia. La película, que partía con cuatro nominaciones pero no consiguió ningún galardón, captura la intimidad y la verdad a través de un tratamiento de la iluminación que realza cada emoción. Su visionado en cine permite apreciar matices y detalles que de otro modo suelen pasar desapercibidos. No hay farolas que escrutan, sino una cámara que mira sin juzgar, como un buen amigo.

Las claves son varias: Pilar Palomero, la directora, opta por usar cámara fija en lugar de cámara en mano, buscando una puesta en escena más planificada que se ajustara al tono del relato. Su compañera de batalla Daniela Cajías, directora de fotografía boliviana, domina como nadie los espacios —ganó el Goya a la Mejor Dirección de Fotografía por su trabajo en Las niñas (2020) y también fue nominada al Gaudí por la misma categoría, además de llevarse el Oso de Oro en Berlín por Alcarrás—, y sabe que la luz dentro de un plano no es solamente la herramienta para llevarte hacia dónde mirar, sino para empujarte a imaginar.

El lugar donde ver el cine en mayúsculas

En un momento en el que la experiencia cinematográfica es más importante que nunca, Odeon Multicines ha elevado la apuesta. Junto a las soluciones tecnológicas de LG: las pantallas LED Miraclass, cinéfilos como los creadores de contenido sabrán que están ante algo único. Y es que hablamos del primer cine del mundo con pantallas LED y Dolby Atmos en todas sus salas. Los Odeon Multicines Gran Plaza 2 de Majadahonda, Madrid, se han convertido en un caso de éxito: con más de 200 m² de pantallas LG Miraclass, este complejo redefine lo que significa ver cine en la gran pantalla, ofreciendo negros más puros, contrastes infinitos y una calidad de imagen que transporta al espectador dentro de la historia.

Porque de eso va, de contar historias, de “vivirlas” durante el lapso que dura la proyección. Y si una serie de mejoras en el tratamiento del sonido, el color y la imagen en general —que no dejan de ser avances científicos— son capaces de hacerte olvidar que existe un mundo ahí fuera, que durante un ratito has estado subido al agarrotado bus de Manuel Vital, casi has podido palpar el pánico diario que sentía por su propia vida Aranzazu Berradre o te has animado a coger esa guitarra que tenías en la parte de arriba del armario, porque Jota y compañía han resucitado cierta inspiración dormida, eso es que el cine ha cumplido su función.

En con conclusión, si quieres vivir las películas ganadoras de los Goya como nunca antes, no hay mejor opción que hacerlo en una sala que esté a la altura de su grandeza y los ODEON Multicines, aupados por los paneles LED Miraclass de LG, crean un efecto inmersivo superior. Son, dicho simple y llanamente, la ventana definitiva para revivir estas historias.

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