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    "En Internet hay gente un poco cabrona que ve a Nicolas Cage como una caricatura de sí mismo"

    Entrevistamos a Paco Cabezas, el joven director español que debuta en Hollywood con el intenso thriller 'Tokarev'.

    Este viernes 27 de junio se estrena en los cines españoles Tokarev, película dirigida por el español Paco Cabezas (Carne de neón, Bon appétit) que tiene como protagonista al estadounidense Nicolas Cage. Esta cinta supone el debut del joven director en Hollywood. Hablamos de cómo ha sido la experiencia de rodar una película en tierras americanas y de trabajar con uno de los actores más consagrados del cine actual.

    Tokarev ha sido tu debut en Hollywood. ¿Cómo ha sido trabajar en la meca del cine?

    Para mí ha sido muy divertido... No es muy diferente de trabajar en España… La diferencia es que los tráilers y los camiones son más grandes y las explosiones también son más grandes. Hay más explosiones y hay más gente corriendo de un lado para otro… pero para mí ha sido muy divertido porque yo siempre he dicho que rodar una película es como atracar un banco, y esta vez ha sido un banco más grande. El banco, en vez de ser uno chiquitito español… esto suena fatal… (Risas) Lo que quiero decir con lo de atracar un banco es que es un trabajo de preparación, de prepararlo todo, de tener un equipo y de hacer que ese equipo sea tu familia. Y de que, cuando llega el día de rodaje, lo des todo por intentar que la película sea lo mejor posible. Y en este caso, el contar con Nicolas Cage o contar con Danny Glover, pues lo hacía más divertido. Estabas rodando ahí con los cascos, con Nicolas Cage y de vez en cuando no podías evitar decir: ¡Mola, Nicolas Cage! Entonces eso hacía la aventura más divertida.

    ¿Cómo fue el proceso de producción? ¿Te pusiste en contacto con Nicolas Cage…?

    Fue un poco al revés. Es Nicolas Cage el que nos llama a nosotros. Me llama a mí, porque de alguna manera él ve Carne de Neón, y le gusta mucho. Entonces, un día recibes una llamada que es un poco: "Que a Nicolas Cage le ha encantado Carne de Neón y quiere conocerte. ¿Te vienes a Las Vegas?". Y yo: "¡Ostia! ¡Me voy a ir a Las Vegas a conocer a Nicolas Cage!". Era un poco surrealista. Entonces le conozco, y el tío resulta ser un friki. A este hombre le encanta el cine, le encanta Kubrik, el cine de terror... Tenemos muchas cosas de qué hablar y desde el primer momento nos lo pasamos muy bien. A partir de ahí, es ponerle una chaqueta de cuero, una escopeta recortada y tirar para adelante.

    Además, eres muy fan del actor. ¿Crees que existe el 'género Nicolas Cage'?

    Por supuesto. Creo que Nicolas Cage ha hecho películas buenísimas y películas muy malas, pero es un actor que ha trabajado mucho y ha trabajado con David Lynch, con Coppola y con Scorsese. De hecho, si lo pienso ahora, tengo un grado de separación con Scorsese. Nicolas Cage no puede separarse de la imagen que proyecta, aunque en Internet hay gente que es un poco cabrona y que le ve como una especie de caricatura de sí mismo. Él lo sabe y de alguna manera lucha contra ella e intenta mejorarla [...] Cuando, por ejemplo, Carlos Boyero hace sus críticas, yo pienso: "Que haga un cenicero de arcilla o pinte un cuadro. ¡A ver si puedes!". (Risas) Siempre le digo a los críticos que pasen por el proceso creativo. Y luego hablamos. Pero es meterme en un jardín, así que mejor callarme (Risas).

    ¿Crees que Tokarev es para Nicolas Cage o podría haberla interpretado otro actor?

    A mí me gusta Nicolas Cage. Liam Neeson ha hecho películas de este estilo, pero no tan oscuras ni tan jodidas. En Estados Unidos hay un término muy famoso, que es "Cage-Rage", algo así como "La rabia de Cage". Hubiera sido absurdo hacer la película sin que hubiera esos momentos. Y los hay, y creo que los puedes disfrutar de dos maneras: como los disfruta un público no cínico, divirtiéndose y viendo la película con limpieza, y como lo hace público más cínico, que hace memes en Internet.

    ¿Qué acogida esperas por parte del público español?

    El público tiene que disfrutarla. Es una película para disfrutarla y verla en el cine con palomitas. Además, ahora que el Mundial se nos ha ido por el desagüe… Tiene mucha testosterona y es muy masculina. Diría incluso que Tokarev es una buena metadona para el Mundial (Risas).

    El hecho de que tenga sello americano, ¿influye de algún modo a la hora de ver una película?

    Obviamente. Para el espectador español, el cine americano tiene un sello de calidad extra que en el cine español tenemos que estar ganándolo continuamente. En las películas americanas vienen extraterrestres a invadirnos y nadie se plantea nada raro. En el cine español, si viene un extraterrestre, diríamos: "¡Un momento! Eso no está bien hecho. No es creíble. No es realista". Lo que yo intento es hacer algo más personal, que puede ser más violento, más oscuro o más interesante, espero, y darle un poco la vuelta a ese género tan aséptico. No es un "secuestran a mi hija unos rusos, los voy a matar a todos y se acabó". Para mí, una película tiene que tener una vuelta de hoja, un lado oscuro de ese thriller convencional.

    Fresnadillo, Cortés, Bayona... ¿Por qué irse a Estados Unidos a trabajar?

    Básicamente, porque hay trabajo. Allí les llaman mucho la atención los directores jóvenes españoles que tienen algo que contar de forma muy pasional. Para ellos, el español tiene una especie de pasión que a lo mejor al americano le falta. Es un poco absurdo que directores con los que he crecido, como John Landis o Wes Craven, sean ahora directores que no pueden rodar una película en Estados Unidos. Los directores jóvenes tienen más opciones. Hollywood es un vampiro y busca chuparnos la sangre (Risas).

    ¿Qué problema tiene la industria española para que no dé trabajo a los jóvenes directores?

    No es un problema, sino que tenemos que ganarnos al público continuamente. Es una batalla. Lo importante es que ahora sabemos y queremos complacer al público. En este país ha habido un cine durante muchos años que, básicamente, era un cine de autor que pensaba en sí mismo, que se miraba al ombligo, que hacía drama social… Y cuando el espectador te regala dos horas de su vida, hay que tener mucho respeto por esas dos horas. Al público hay que divertirle, hacerle sentir emociones, que se ría, que sufra… Los directores jóvenes hemos entendido el mensaje y queremos devolverle el favor al público.

    También te gusta mucho la comedia y en tu próximo proyecto, Mr. Right, la habrá...

    Sí, pero yo lo veo como una fiesta. Acabo de llegar a Hollywood y todavía estoy un poco 'timidillo'.

    ¿Tokarev ha sido para tantear el terreno?

    Claro. Ahora estoy un poco más 'contentillo'. Espero que en la próxima [película] coja la suficiente confianza como para poder explotar un poco más mi estilo. Hacer una que llegue más allá.

    ¿Hay algún proyecto en concreto que tengas ganas de hacer?

    La principal es Mr. Right, y también tengo un proyecto que se llama Hombre sin Miedo, que es una película de robos a lo Ocean’s Eleven, mucho más sucia, con los productores de X-Men. Si todo va bien, la rodaremos pronto. Mientras pueda hacer thrillers, seré feliz de no volver a trabajar en un vídeoclub.

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