¿Cómo te cambia la vida al ganar un bote de 140 millones de euros en el Euromillón? ¿Cual es el precio del dinero? ¿Qué es más fuerte, la amistad o la ambición? Estas y otras preguntas se plantean en Felices 140, la nueva película de Gracia Querejeta protagonizada por Maribel Verdú que se estrena este viernes 10 de abril. Antonio de la Torre, Eduard Fernández y Marián Álvarez, entre otros, completan un reparto de lujo conducido por la directora, con la que hemos hablado a raíz de su nuevo trabajo.
¿Qué va a encontrar quien vea Felices 140?
Ciertas situaciones y comportamientos que probablemente van a hacer preguntarse a uno mismo si sería capaz de actuar de una manera determinada o no. Encontrará preguntas, y no sé si tantas respuestas.
¿Despierta el dinero lo peor de las personas?
A veces sí, sin duda. Yo no conozco a nadie que no quiera dinero. Todos queremos dinero. A veces eso provoca pasiones incontenibles.
Eso se retrata en la película.
En parte sí. Toda la película trata sobre la amistad, sobre llevar a sus últimas consecuencias lo que algunos amigos son capaces de hacer cuando el dinero se pone de por medio, mirando la parte oscura del ser humano en vez de la parte luminosa.
¿A modo de comedia negra?
Más bien de drama con cierto sentido del humor negro. No lo llamaría comedia.
¿Es Maribel Verdú una 'chica Querejeta'?
Y Querejeta es una chica Verdú (Risas). Somos un poco pareja de hecho. Con Maribel se trabaja maravillosamente bien. Por eso repetimos. Y mientras ella siga queriendo, le seguiré escribiendo papeles. Espero que nos dure el tándem, porque disfrutamos mucho trabajando.
¿El papel de Elia está hecho para Maribel?
Sí. Lo escribí para ella.
Dejas intuir que Elia tiene algún tipo de problema mental.
De Elia se cuenta simplemente un episodio que atravesó. A algunas personas les ha ocurrido y no vuelve a suceder más, pero es un dato para que ella tenga miedo y se prevenga, porque piensa que pueden acusarla de tener un brote bipolar o esquizoide que explique por qué ha cometido ciertos actos.
Es un personaje muy completo. ¿Cómo se desarrolló?
Yo quería hacer de Elia un personaje dulce, algo ingenuo, con una cierta capacidad de intentar en la vida hacer cosas que ya no se hacen a esa edad, como intentar reconquistar a un viejo amor de esa manera. Tiene algo de idealista, de inocente. Es un personaje poliédrico, con fortaleza, con su trabajo, independiente. No está colgada de la chepa de nadie, ni vive una situación límite de ningún tipo.
¿Ha sido especialmente difícil desarrollar algún personaje?
Para mí, un personaje complicado ha sido el de Antonio de la Torre. Es el urdidor de toda la trama, el que siempre mete cizaña y va tejiendo la red para que todo el mundo caiga en el mismo sitio. Considera que tiene cierto derecho a hacer lo que hace.
Pero las intenciones nunca son claras.
No me gusta que las cosas sean blancas o negras. Me gusta que tengan distintas tonalidades de grises. Antonio de la Torre es un maltratador, pero en otro momento dado solo parece que no se lleva demasiado bien con su mujer. Parece alguien muy concernido con su hijo… Mueve los hilos en la oscuridad para que los demás hagan lo que él cree que se debe hacer.
¿Y cómo se dirige a Antonio para que interprete a alguien así?
Él ya infiere lo que tiene en el guión, pero hay mucho trabajo de conversación sobre el personaje, sus mejores puntos y los peores. Ha sido muy divertido trabajar con él porque es muy creativo y está constantemente aportando cosas. Hay partes que se han ido descubriendo a medida que se ha trabajado.
Los personajes hablan a cámara, como si fuera un documental. ¿De dónde viene la idea?
Viene de atrás. Ya hice un corto el año pasado en el que utilizaba este tipo de recurso, aunque de otra manera. Esta vez, toda la película es un 'flashback', porque ellos hablan unos días después, cuando salen en la prensa y les entrevistan. La película se estructura en torno a esas pequeñas entrevistas.
Siempre tratas temas sociales. ¿Hay alguno que no hayas tocado y que te gustaría?
En realidad, todo es social. Y todo lo que me interesa tiene que ver con lo social de una manera o de otra. Podría ser interesante trabajar, por ejemplo, determinadas formas de marginación. Soy más partidaria de creer que lo importante es cómo se cuentan las cosas, no lo que se cuenta. Puedes tener un gran tema social y hacer una mierda de película. Depende mucho de cómo trates el asunto.