Los hermanos Grimm plasmaron un final muy diferente del que Disney nos mostró en La Cenicienta. La madrastra obliga a sus hijas a cortarse el talón y el dedo del pie para que el zapato de cristal les entre. Sin embargo, ambas fracasan en su intento. No sólo eso, cuando acuden a la boda de Cenicienta con el Príncipe unas palomas les arrancan los ojos como castigo por sus malos actos.