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    El auge y caída de Armie Hammer: la última pieza de una saga familiar llena de escándalos, sobornos y espías rusos

    En 2017, muchos soñaron con su Oliver y Elio, los dos protagonistas de 'Call Me By Your Name'. En 2021, lleva meses en completo silencio tras una serie de acusaciones de abuso sexual y malos tratos.

    Armie Hammer, con sus ojos azules y su 1,96m de altura, es todo lo que Hollywood le pide a sus actores. Un buen físico, una cara de niño bien y una carrera que, desde que comenzó en 2005, no ha hecho más que crecer. En su vida privada, su sólida relación con Elizabeth Chambers y sus dos hijos aparentaban una vida feliz y exitosa, pero esta fachada tan bien construida se cayó a comienzos de 2021, cuando el actor fue acusado de abuso sexual, emocional y fetichismo caníbal. Hammer, el último gran galán del cine, subió hasta la cima para caer estrepitosamente ante los ojos de todos.

    Hammer proviene de una de las familias más ricas de Estados Unidos. Un legado que de puertas para afuera aparenta ser perfecto, pero está lleno de escándalos, asesinatos encubiertos y delitos absueltos a golpe de maletín. El actor proviene de un clan que parece salido de Succession o Trust. Los Hammer han sido tan poderosos como corruptos y llevan siglos -y no es una exageración- dando escandalosos titulares. Desde que un inmigrante ruso se instalase en el Bronx a finales del siglo XIX, la familia ha creado un imperio que les ha dado lujo y problemas a partes iguales.

    Hijo de una devota cristiana y un libertino: una infancia a lo 'Solo en casa'

    Armie Hammer es hijo de Dru Mobley y Michael Hammer. La pareja se conoció en 1985 después de que él perdiese un vuelo. Cogió otro billete, cambió sus asientos con otra persona a causa de la claustrofobia que padecía y así llegó a sentarse al lado de Dru, la futura madre de sus dos hijos. Ella, creyente devota, hizo que Michael se convirtiese al cristianismo y que, desde entonces, ayudase a varias organizaciones religiosas. Claro que, por otro lado, disfrutaba de la fiesta, los tejemanejes en las empresas en las que trabajaba y estaba orgulloso de sus gustos excéntricos.

    El actor creció en una villa de lujo en las Islas Caimán hasta que, diez años después, regresaron a California, a una casa de 21 habitaciones en Pasadena. Hammer pasó de vivir en plena naturaleza a sentirse identificado con el personaje de Macaulay Culkin en Solo en casa.

    Toda mi vida ha sido esta larga conversación sobre la familia a la que represento. 'Cuando sales por la puerta, nos representas'

    Como nos ha enseñado la ficción, cuanto más perfecta es la vida que vendes, peor es la realidad. Todas las comodidades económicas quedaban ensombrecidas por el turbio comportamiento de Michael, padre del actor. Éste siguió el camino de su abuelo en los negocios y, al igual que él, aprendió rápido el lenguaje de sobornos, fraude fiscal, engaños y todo tipo de delitos que imaginamos en este nivel de vida. 

    Al ser una cara habitual de las páginas de sociedad, todos conocían su tendencia a las drogas, el alcohol y su ajetreada vida sentimental, además de su extraño comportamiento. Como muestra: fuentes cercanas a él aseguran que la posesión de la que más orgulloso está es un trono sexual, al que llama “la silla traviesa”, que tiene grabado el escudo de la familia.

    El contrapunto a los excesos de los Hammer está en la madre del intérprete, Dru. "Los padres de mi madre crecieron en Oklahoma durante la Gran Depresión, así que era muy diferente. No nos permitió crecer como si fuésemos ricos. Nunca nos dijeron: 'Hey, aquí tienes dinero… Si nuestros amigos tenían una paga de 10 dólares, la nuestra era de 7", cuenta en GQ. Creció educado para ser económicamente independiente, algo de lo que se siente muy orgulloso. De hecho, asegura que ha pasado por baches económicos y en 2017 ni siquiera podía pagar una apuesta que había hecho con el director Luca Guadagnino.

    Del actor de moda a la desaparición

    Cuando Hammer consiguió su primer papel relevante, en La red social, nadie -o, al menos, no de manera internacional- le relacionó con su pasado. A simple vista, parecía otro actor bendecido con un físico atractivo, lo bastante como para pertenecer a la élite de Hollywood. Su papel de Oliver en Call Me by Your Name fue alabado en todo el mundo y, junto a Timothée Chalamet, se convirtieron en una pareja envidiable. Muchos soñaban con verles juntos -a pesar de que Hammer ya estaba casado- y su buena relación ante las cámaras hizo pensar al público que Hammer era un tipo agradable y simpático.

    Le había costado llegar hasta ahí. Al comienzo de su carrera encadenó varias películas que no terminaron de triunfar en taquilla -J. Edgar, El llanero solitario y Operación U.N.C.L.E.-, algo que se tomaba con buen humor. El papel de Oliver, que cambió su imagen en la industria, le enfrentó con su familia. En una entrevista con Andy Cohen, reconoció que su madre se negó a ver la cinta porque iba contra "sus fuertes creencias religiosas".

    En aquel momento, cualquier persona cercana al actor le describía como alguien sincero, sin nada que esconder y un marido y padre dulce. Al mismo tiempo, Hammer hacía declaraciones insólitas en entrevistas, como que "solía ser un amante dominante" al que le gustaba "coger del pelo y el cuello" a su esposa -dicho en Playboy-, que estuvo con una chica que intentaba apuñalarle cada vez que tenían relaciones -en una entrevista en Elle-, o, como reconoció en repetidas ocasiones, que le fascinaba practicar nudos. En una entrevista con SensaCine señaló que su película de amor favorita era El portero de noche (1974), una cinta donde una mujer tiene deseos sadomasoquistas y una voluntad autodestructiva.

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    Todas estas declaraciones cobraron sentido a comienzos de 2021, cuando salieron a la luz los supuestos mensajes sexuales de tendencia BDSM que enviaba a chicas jóvenes a través de redes sociales. En algunas de estas conversaciones se intuía el fetichismo del actor por el canibalismo. "Me dijo que quería romperme las costillas, hacerlas a la barbacoa y comérselas", declaró una de ellas. En un primer momento, Hammer declaró que se trataba de un ataque personal, pero empezó a guardar silencio cuando las cosas empeoraron. 

    Paige Lorenze, exnovia, aseguró a Vanity Fair que se sentía "insegura" a su lado y que empezó a "establecer reglas sobre lo que podía y no podía hacer". También declaró que la madre del actor le avisó de que su hijo tenía al "demonio" dentro. La esposa de Armie, Elizabeth Chambers, se había separado de él en septiembre de 2020 y, ante las terribles alegaciones, solo declaró estar "devastada", "con el corazón roto" y que apoyaba a "cualquier víctima de abusos". El matrimonio llegó a su fin después de una larga lista de infidelidades por parte del actor y, cuando éste quiso huir de su familia en mitad de la pandemia, Chambers dio el paso definitivo.

    Tras el divorcio, Hammer pasó a la completa locura, comportándose, según sus allegados, como había hecho su padre tras el divorcio con su madre. Se hizo numerosos tatuajes en un breve periodo de tiempo y su vida amorosa se volvió caótica, escribiendo a numerosas mujeres con las que no tenía reparos en hablar de sus problemas personales. Según recoge Vanity Fair, Courtney Vucekovich empezó a hablar con el actor por Instagram y asegura que, en cuestión de minutos, confesó la tensa situación con su "loca familia". Paige Lorenze declaró que le decía "cosas muy oscuras. Me sentía confusa de que me contase todo esto tan rápidamente. Era algo que nunca debería compartir".

    Decía que su abuelo era este tipo de persona que organizaba fiestas sexuales con pistolas. Él pensaba que era interesante y, en cierto modo, estaba orgulloso de él

    Por el momento, los controvertidos mensajes de fantasías sexuales caníbales se han quedado en extraños pensamientos, sin que se haya probado que Armie fuese más allá. Una persona cercana a él aseguró a Vanity Fair que tiene "un sentido del humor muy seco" y que, cuando leyó los mensajes, pensó que, simplemente, estaba haciendo "bromas perversas".

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    Aunque Armie Hammer aún no ha sufrido consecuencias legales, el daño en su carrera es evidente. Uno tras otro se han ido cayendo los proyectos en los que estaba involucrado. Cuando aparecieron las primeras acusaciones, él decidió abandonar la grabación de Shotgun Wedding para centrarse en su familia -según sus palabras-, después se cayó de la serie The Offer y, posteriormente, abandonó Gaslit, así como Billion Dollar Spy y la obra de teatro The Minutes. La agencia WME decidió dejar de trabajar con él, dejándole así sin representación.

    Actualmente, la policía de Los Ángeles investiga las acusaciones de violación que una mujer llamada Effie hizo sobre él. "Pensé que iba a matarme. El 24 de abril de 2017 me violó violentamente durante cuatro horas", declaró en una conferencia con la prensa junto a su abogada, Gloria Allred, y añadió que había cometido otro tipo de actos violentos contra ella. Effie mantuvo una relación intermitente con el actor entre 2016 y 2020. Armie Hammer niega las acusaciones.

    Los Hammer: una saga corrupta al más puro estilo 'Succession'

    Podríamos establecer el comienzo del legado de los Hammer en los años 20, cuando el tatarabuelo de Armie, un inmigrante ruso en el Bronx, fue a prisión tras practicar el aborto a la mujer de un diplomático ruso. La mujer murió, él fue encarcelado y su hijo, Armand Hammer -bisabuelo del actor- tuvo que encargarse de la compañía familiar, Allied Drug, que revendía equipamiento. Es solo una pequeña muestra de que la familia siempre ha estado ligada a los escándalos y asuntos nada limpios. Armand Hammer, el bisabuelo del actor, fue descrito por su segunda mujer como un hombre que, debido a su tiempo en Rusia y su entrenamiento médico, "no le causa dolor ver el sufrimiento de los demás". La saga Hammer tiene todos los ingredientes de un buen drama: drogas, dinero, poder y escándalos. 

    Armand abandonó su carrera médica y se mudó a la Unión Soviética para estrechar lazos familiares. Décadas después, y tras pasar diez años en la URSS, logró crear un imperio petrolero que le llevó a codearse con Al Gore Sr. o el príncipe Carlos. A simple vista era un hombre hecho a sí mismo con gran olfato para los negocios, pero la biografía de Jay Epstein -Dossier: The Secret History of Armand Hammer- publicada en 1996 demostró que había blanqueado dinero, financiaba el espionaje soviético y sus negocios funcionaban a base de sobornos. Contribuyó de manera ilegal a la campaña de reelección de Nixon que, según The New York Times, "con toda probabilidad ayudó a pagar el encubrimiento de Watergate".

    Armand convirtió a los Hammer en una familia de la alta sociedad. Todos debían cuidar su reputación de cara al público, nunca vestir dos veces la misma ropa en un evento, mantener las apariencias... De puertas para afuera eran personas perfectas, pero estaban muy lejos de ello. Estaban rodeados de escándalos, en particular por culpa de Julian, uno de los hijos del magnate del petróleo y abuelo de Armie. El día en que cumplió 26 años, en 1955, mató a un hombre por una deuda de juego y, supuestamente, por intentar acercarse a su esposa Glenna Sue. Julian declaró que había sido en defensa propia y los cargos fueron desestimados -por detrás hubo un maletín con 50.000 dólares y buenos abogados.

    Julian también está acusado de abusos sexuales por su hija Casey, quien ha contado su historia en el libro Surviving my birthright. Casey, que se ha desligado de su familia y trabaja como diseñadora de cocinas, cuenta su experiencia creciendo en una de las sagas más poderosas del mundo. El truculento legado llega hasta Michael, el padre de Armie, que tomó el mando de la compañía en 1982. 

    A la muerte de Armand en diciembre de 1990, la familia Hammer, que esperaba disponer del enorme patrimonio creado por el patriarca, solo recibieron 40 millones de dólares -estaba valorado en 180- repartidos a partes desiguales. Casey y Julian solo recibieron 250.000 dólares cada uno. Se dispusieron más de 100 denuncias para reclamar la fortuna. Michael, en aquel momento vicepresidente de la compañía familiar, fue acusado hasta por su madre de haberles "olvidado". No tardaron en encontrar a un amigo de Michael cargado con 60.000 dólares en efectivo, lo que avivó aún más el fuego. Se comenta que este contacto había hecho 12 viajes en menos de 36 horas y que Michael pagó su fianza y fue absuelto de los cargos de contrabando.

    Un legado familiar que podría convertirse en una exitosa serie y que, por el momento, no parece tener fin. 

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